El precio de la leche pagado al productor, “a tranquera” como suele decirse, aumentó en términos nominales un 10,12% durante marzo respecto del mes anterior, llegando al promedio nacional de 81,53%, de acuerdo a lo que informó el Sistema Integrado de Gestión de la Lechería Argentina (SIGLeA).
La variación interanual del precio promedio de la leche a nivel nacional fue de 96,5%, una cifra que ni siquiera llegó a copiar a la inflación minorista (IPC-Indec), que se encuentra en el el 102,5% anual.
Ese aumento en el precio se ubica por encima de lo que esperaban inicialmente algunos industriales, quienes estimaba que la suba estaría entre un 6% y un 8%. Con la referencia de los primeros días del mes en curso, para los grandes pooles lecheros, localizados fundamentalmente en la provincia de Buenos Aires, los precios se ubicaron entre 86 y 88 $/litro.
El alza encuentra respuesta en el faltante de leche y el consumo de existencias industriales, algo que viene a “empiojar” aún más los planes de la Secretaría de Comercio de la Nación, que de la mano de su titular, Matías Tombolini, intenta mantener atados los precios de los productos primarios.
En términos reales, considerado la relación leche/maíz, el valor de marzo fue más favorable que el registrado en el mismo mes de 2022 y 2021, aunque eso no se debe tanto a la fortaleza de la leche, sino más bien al “planchazo” de precios que está registrando el cereal debido a múltiples intervenciones del gobierno nacional.
Si se compara la situación argentina con la de sus vecinos uruguayos, es factible advertir la “pauperización” presente en la Argentina, donde el valor promedio nacional de marzo pasado, medido con el dólar MEP, es equivalente a 0,21 u$s/litro, mientras que los tamberos orientales cobraron en promedio exactamente el doble, según datos publicados por Inale.