Por Alejandra Groba –
La brasileña JBS, la mayor empresa de carnes del mundo, no para de producir noticias. A días de haber puesto en jaque la presidencia de Michel Temer y a más de 1.800 funcionarios al presentar documentos que probarían casos de corrupción, ahora acaba de anunciar que vende sus operaciones en la Argentina, Uruguay y Paraguay a su rival y compatriota Minerva. La operación involucra US$ 300 millones, de acuerdo con la nota presentada hoy en la Bolsa de Sao Paulo.
“La compañía pretende utilizar los recursos obtenidos con la transacción para bajar su apalancamiento financiero”, señaló JBS. “El precio está sujeto a un ajuste en el valor equivalente a la diferencia entre el capital circulante y la deuda a largo plazo de las sociedades en la fecha de cierre, cuyo valor estimado el 31 de marzo de 2017 era positivo por aproximadamente 40 millones de dólares,” agregó.
En la Argentina, JBS es el mayor grupo frigorífico desde que, en tiempos de Néstor Kirchner, comenzó a comprar plantas en el país, igual que su compatriota Marfrig, en medio de un panorama que parecía más que prometedor para la ganadería argentina, de una calidad reconocida a nivel mundial.
JBS compró seis frigoríficos exportadores: la emblemática planta de Swift, en Gobernador Gálvez (Santa Fe), San José (Entre Ríos), Consignaciones Rurales (Berazategui, Buenos Aires), Col-Car (Colonia Caroya, Córdoba), CEPA Pontevedra (Buenos Aires) y CEPA Venado Tuerto (Santa Fe).
En 2016, con esa sola planta, exportó casi el 11% del total de carnes (enfriadas, congeladas y menudencias) del país.
Más tarde, durante el mandato de Cristina Kirchner y tras la feroz liquidación de hacienda a la que llevó la política de Guillermo Moreno, vendió San José y cerró las demás plantas salvo la de Swift.
En total, con las que le quedan, JBS tiene una capacidad de faena de unas 5.000 cabezas. Pero incluso con las cerca de 2.000 que tiene en Swift es hoy el grupo con mayor faena en la Argentina.
Ahora, si no hay inconvenientes (la venta fue aprobada por el Consejo de Administración de JBS, resta la aprobación del Consejo Administrativo de Defensa Económica de Brasil), el mayor grupo cárnico argentino será Minerva, hoy si operaciones en la Argentina aunque presente a través de la firma Pulsa SA.
La planta de San José pudo venderla muy bien en un muy mal momento, por unos US$ 17 millones (diez años, antes Swift la había comprado por US$ 3,3 millones), a un emprendimiento mixto entre el Estado de Entre Ríos y un grupo de ganaderos y empresarios de la provincia (en una proporción 85-15%, respectivamente), que tomaron un crédito de la ventajosa línea del Bicentenario. En Entre Ríos bromean: dicen que San José, como Santa Elena (el frigorífico desfalcado en los 90), “de santos no tienen nada”. En noviembre, la planta dejó de operar y busca nuevo dueño, sin novedades.
JBS Handels GmbH, controlada por JBS SA, gestionó la venta de las unidades del grupo brasileño ubicadas en los tres países, a las empresas Pul Argentina SA, Frigomerc SA y Pulsa SA de Minerva.
La venta de dichas operaciones de JBS se produce tras su controladora J&F cerrar un acuerdo de lenidad de $10,3 mil millones de reales (US$3,1 mil millones) con el Ministerio Público Federal de Brasil. Este acuerdo surgió por la participación de ejecutivos de JBS tanto en actos de corrupción así como en el pago de propinas a figuras políticas.
El holding J&F informó que pagará la multa pero que, subrayó, no afectará los accionistas minoritarios ni JBS.
La agencia de noticias Reuters comunicó en mayo que JBS y su controladora habrían contratado un banco para vender las unidades del grupo ante este escándalo de corrupción, buscando así mismo levantar capital. J&F negó en esa entonces que haya contratado bancos con este fin.