El Pierri del medio es el segundo hermano de un total de tres. El mayor, Alberto, es el más conocido porque hizo política en el peronismo bonaerense, maneja el tradicional negocio papelero de la familia y es dueño de una de los operadoras de cable más importantes. Detrás, el benjamín es productor agropecuario. Pero es Gustavo Pierri, el del medio, el protagonista de esta historia que trata de la reapertura de una planta industrial que estaba cerrada. Nada más y nada menos en esta etapa de la historia de la Argentina.
Gustavo se emociona señalando hacia una de sus hijas cuando le preguntan por qué lo hizo. “Por ellos”, responde, señalando hacia la joven. El Pierri del medio tiene actualmente 70 años.
Lo que hizo este empresario, que ya tenía intereses en el negocio agropecuario con campos propios en Santa Fe y Santiago del Estero, planta de acopio en Cañada de Gómez y una pequeña empresa formuladora en el parque industrial de Correa, también sobre suelo santafesino, fue escuchar con atención lo que en 2019 le contó un ex empleado de Síntesis Química, una de fábricas locales de agroquímicos que había caído en desgracia dos años antes y tenía la quiebra decretada.
Gustavo, entonces, ofertó por una de las dos plantas que tenía aquella compañía, la de Fighiera, en el sur de Santa Fe, porque la otra de Florencio Varela estaba “obsoleta” y repleta de problemas, sociales y laborales. La de Fighiera, en cambio, tenía solo el pasto muy largo y le faltaban equipos y mantenimiento. Casi que la habían desguazado, pero estaba intacta. Gustavo dice que se enamoró de entrada, porque saltaba a la vista que la fábrica había sido pensada especialmente para la formulación de agroquímicos.
El predio industrial tiene 8 hectáreas y queda a unos pocos metros del Rio Paraná. La planta comenzó a reactivarse y posee actualmente cinco líneas de formulación: tres de herbicidas, una de coadyuvantes y una insecticidas. Pero el Pierri del medio asegura que se podría llegar a hacer de todo en este lugar, incluyendo bioinsumos.
La fábrica, que viene reactivándose a paso lento desde 2021, este viernes fue inaugurada porque ya está del todo presentable y eso que todavía espera que llegue equipamiento nuevo que ingresó al país bajo un régimen especial para importar bienes de capital en grandes cantidades. Por ejemplo, esperan en Aduana seis nuevas líneas de envasado.
En una primera etapa, Pierri prometió invertir 9,4 millones de dólares en este proyecto. Y en una segunda etapa sumará otros 4 millones. El gobernador Omar Perotti, que estuvo de gira ayer mismo por la vecina planta de la multinacional Dreyfus en General Lagos, curiosamente no participó del acto. El gobierno nacional envió a Jorge Solmi, un massista que se ha convertido en secretario itinerante para las buenas relaciones con el sector agropecuario.
“Soy un bicho del agro. Sin el campo no tenemos futuro en la Argentina”, aseguró el Pierri del medio, que estaba rodeado por varios hijos y sobrinos. A partir de esta reactivación, la planta de la ex Síntesis Química pasará a funcionar bajo la tutela de Aranami Industrial SA. Pero no será esa una marca que se vuelva demasiado común en el mercado local de agroquímicos, porque básicamente la apuesta de este empresario es ponerla a trabajar a fasón, al servicio de las empresas multinacionales del rubro.
“Recién estamos calentando motores”, avisa Gustavo. La planta de Fighiera tendría capacidad para elaborar 250 mil litros diarios de productos para el agro, incluyendo la posibilidad de formular cerca de 1 millón de litros de glifosato u otros herbicidas por mes, trabajando a doble turno.
Desde esta mirada, y debido a la crisis cambiaria de la Argentina que restringe las importaciones, el Pierri del medio cree que tendrán trabajo de sobra, porque será más negocio terminar de formular los agroquímicos aquí en vez de traerlos finiquitados desde el extranjero. “Eso es trabajo en envases, transporte, etiquetas, controles…”, enumera el empresario, que solo en la renovada planta de Síntesis Química espera poder crear 300 puestos de trabajo.