En Colón, Entre Ríos, funciona la empresa Fadel, que faena y vende pollos bajo esa misma marca. La gran novedad, para esa firma y también para el sector avícola local, es que han comenzado a ofrecer al consumidor toda la información sobre la crianza de cada ave. Con un escaneo del código QR mediante cualquier teléfono smartphone se puede ver la trazabilidad del alimento, desde el huevo, transporte, alimentación, en qué sitio fue criado el animal, entre tantos otros datos.
“La idea la sacamos de un viaje al exterior. Donde insistían mucho con este tema de la trazabilidad y que era necesario garantizarla de cara al futuro”, explicó el presidente de la firma, Adrián Tournour, en diálogo con Bichos de Campo.
Escuchá la entrevista completa al presidente de Fadel :
El consumo de carne aviar ha crecido mucho durante los últimos años en la Argentina y se acerca mucho al de carne vacuna, de histórica preferencia. Los pollos representan 47 kilos pér cápita al año, versus 52 kilos de los bifes. También se encuentra en crecimiento la exportación, que este último año pasó de 200 mil toneladas al año a 270 mil, incentivado por la demanda producto de la Peste Porcina Africana en China.
“El pollo ya forma parte de la dieta cotidiana de los argentinos y es muy versátil para consumirlo. Y la calidad y el estándar sanitario logrado por todos los criadores está sostenido”, destacó Tournour.
La empresa entrerriana también exporta. El directivo mencionó que han crecido de 200 toneladas a las 1.000 toneladas anuales.
Ahora que se puede conocer toda la trazabilidad de los pollos, al menos los de esa marca, habrá varios mitos que deberían caer. Por ejemplo, la creencia popular sobre el uso de hormonas en la cría de pollos.
“Es un mito instalado hace mucho tiempo, pero tienen que entender que la alimentación del pollo es simplemente maíz y soja, más el agregado de vitaminas y minerales, nada más”, señaló el titular de Fadel. “Siempre se trata de un producto sano e inocuo”, enfatizó.