Por Alejandra Groba.-
La rápida e inédita suba del dólar del último mes resulta una muy buena noticia para los exportadores de carne. Lo obvio es que el aumento de la divisa norteamericana les permitirá a los frigoríficos compensar el alicaído precio de los valiosos cortes de la Cuota Hilton, así como mejorar el poder adquisitivo de todos los productos de exportación, que en 2017 conformaron alrededor del 12% de la carne bovina que se produjo en el país.
Pero, además, la modificación cambiaria volvió a los exportadores más competitivos en un aspecto que no se veía desde hace varios años. Es que el novillo argentino acaba de dejar de ser el más caro de la región medido en dólares. ¿A manos de cuál? Del novillo paraguayo, según revela el índice que lleva a cabo el newletter especializado uruguayo FaxCarne.
“Las precipitaciones en Paraguay complicaron el acceso a la hacienda en ese país, por lo que la que está disponible se valorizó hasta los 3,40 dólares el kilo carcasa. En tanto, la fuerte devaluación del peso argentino hizo que el novillo de este país, que era el más caro de la región desde mediados de 2015, comenzara 2018 en 3,34 dólares el kilo carcasa, 0,14 dólares menos que la semana previa”, indicó Rafael Tardáguila, editor de esa publicación.
De todos modos, hay que decir que la situación del novillo argentino no solo es achacable a un tema cambiario o de coyuntura climática. Porque el precio de los vacunos en general ya venía quedando muy retrasado respecto de los precios en general en 2017.
De acuerdo con los números del Mercado de Liniers (que si bien comercializa animales que no se pueden exportar, marca referencias de precios para todas las ventas del país), el valor promedio de las ventas del año pasado fue de 29,453 pesos por kilo vivo, frente a los 26,501 pesos de 2016. La cifra implica que el valor promedio de los bovinos creció en el año que acaba de terminar 11,1%, menos de la mitad que el conjunto de los precios de la economía, que rondaría el 24%. Un dato que probablemente guarde relación con la falta de ganas de invertir que muestra la alta faena de hembras que hubo el año pasado.
El dato bueno para frigoríficos y exportadores es que más allá de los factores coyunturales que influyeron en la suba del dólar de diciembre (la mayor demanda estacional y los disturbios que rodearon la votación de la reforma del sistema previsional), los últimos anuncios del gobierno parecen estar mostrando preocupación por la balanza comercial y una intención de mejorar el desempeño exportador.