La cautela se adueñó del negocio ganadero y por eso la oferta de invernada se redujo y los plazos de pago se achicaron.
El productor que tiene terneros trata de retenerlos como puede. Hay productores que recibieron lluvias en las últimas semanas y los sostienen en el campo a la espera de una mayor oferta de pasto. Otros suplementan con lo que hay o mandan al engorde a corral. Pero nadie quiere vender, la tenencia es clave para no quedarse con pesos.
Tampoco hay mucha demanda, al no haber muchos campos todavía en condiciones de recibir hacienda y ante la incertidumbre cambiaria y política los compradores también se retiran del negocio.
Además, el que vende lo hace con el plazo más corto posible, con cancelaciones a una semana o 10 días para evitar perder valor. Una vez acreditado el dinero se sale a comprar lo que se pueda: hacienda o insumos.
Los precios de los terneros bajaron de los 1.000 pesos que llegaron a pagarse cuando el ganado para faena tuvo su pico de valores, a los actuales 850/880 pesos.
Si lo que se pretende es comprar insumos, la dificultad radica en que muchos proveedores entregan, pero con precios a fijar luego de las elecciones presidenciales. El ministro de Economía, Sergio Massa, dijo que el dólar oficial de 350 pesos durará hasta ese momento, y por eso no hay precio por esos productos.
Si lo que se busca es reponer hacienda, la dificultad está en que no hay muchos criadores dispuestos a desprenderse de sus vacas, pues el precio es bajo. Ronda los 500 dólares, ya que un vientre de calidad se consigue en 300/350 mil pesos y los más generales en 280/300 mil pesos. Es momento para la reposición, pero hay que encontrar quien esté dispuesto a vender y los campos ya se vaciaron.
Esa reducción en el volumen de vacas se nota también en el descarte, es decir en lo que va a faena y en sus precios, que son los únicos que se sostuvieron en las últimas semanas.
La ganadería de cría recompone sus márgenes: El ternero llegó a los Mil-ei pesos
De acuerdo con los valores que se obtienen en el Mercado de Cañuelas, por vacas de buena gordura se paga entre 500 y 650 pesos, lo que indica una brecha muy corta con el novillo, que se vende entre 730 y 800 pesos. En tanto la conserva y manufactura se negocian entre 450 y 550 pesos por kilo vivo.
La expectativa está puesta en el recambio de gobierno y en las nuevas reglas de juego que generarían un nuevo escenario ganadero, entre ellas la quita o reducción de los derechos de exportación. Pero sobre todo la unificación cambiaria que modificaría los valores de todos los productos de la economía.