En una reunión ministerial celebrada este jueves y viernes de junio en Bruselas se concluyó la negociación del Acuerdo de Libre Comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (UE). La negociación tenía una demora de veinte años, y aunque todavía debe realizarse un análisis pormenorizado de la “letra chica” firmada por ambos bloques, una primera impresión es que podría favorecer las exportaciones de alimentos hacia el viejo continente.
El Mercosur y la Unión Europea representan juntos un 25% del PBI mundial y conforman un mercado de 780 millones de personas. En un momento de tensiones e incertidumbres en el comercio internacional, especialmente por la guerra comercial entgre estados Unidos y China, la conclusión de este acuerdo es un espaldarazo al multilateralismo y el libre comercio.
El Gobierno expresó en un parte de prensa que el acuerdo representa “un hito para la inserción internacional de la Argentina ya que aumenta las exportaciones de las economías regionales”. Además, indicó que “consolida la participación de nuestras empresas en cadenas globales de valor”.
Por otro lado, oficialmente se destacó que el acuerdo de libre comercio “promueve la llegada de inversiones, acelera el proceso de transferencia tecnológica y aumenta la competitividad de la economía”, por lo que “generará un incremento del Producto Bruto Nacional y el aumento del empleo de calidad”.
En los hechos concretos falta conocer todavía la letra chica. Pero el gobierno adelantó que en materia de exportaciones agropecuarias el acuerdo producirá el siguiente impacto:
- El 63% de las exportaciones argentinas a la UE son bienes agrícolas.
- La UE liberaliza el 99% de las importaciones agrícolas del Mercosur: para el 81,7% eliminará los aranceles de importación.
- En tanto, para el 17,7% restante ofrecerá cuotas o preferencias fijas. Sólo se excluyen algo más de 100 productos.
Desde Bruselas, el ministro Luis Miguel Etchevehere hizo una primera evaluación de los anuncios, preanunciando que el acuerdo tendría un impacto enorme sobre las economías regionales. Escuchá el audio:
Por su importancia económica y el alcance de sus disciplinas, este ha sido es el acuerdo más amplio y de mayor complejidad negociado por el Mercosur hasta el momento. Cubre temas tanto arancelarios -los de mayor interés para la agricultura- como otros de naturaleza regulatoria, como servicios, compras gubernamentales, facilitación de comercio, barreras técnicas, medidas sanitarias y fitosanitarias y propiedad intelectual.
Con la vigencia del acuerdo, productos agrícolas de gran interés para ls países del Mercosur verán reducidas o eliminadas sus aranceles de importación. El Ministerio de Agricultura de Brasil citó como ejemplos productos muy caros a sus intereses, como el jugo de naranja, las frutas y el café. En el caso de la Argentina se podrían ver favorecidas las economías regionales frutícolas, los granos y las carnes. Aunque por otro lado existe temor en rubros donde Europa es muy competitiva, como en vino y en lácteos.
Donde no haya supresión de los aranceles, ya se sabe que los exportadores de ciertos productos se verán beneficiados por una ampliación de las cuotas de importación establecidas por la UE. Es el caso de las carnes, el azúcar y el etanol, entre otros productos.
En el caso de los productos industriales, la eliminación de aranceles será del 100%. El acuerdo garantizará acceso efectivo en diversos segmentos de servicios, como comunicación, construcción, distribución, turismo, transportes y servicios profesionales y financieros.
La UE es el segundo socio comercial del Mercosur y el primero en materia de inversiones. El bloque latinoamericano, en tanto, es el octavo socio comercial extrarregional de la UE. La corriente de comercio birregional fue de más de 90.000 millones de dólares en 2018. En 2017, en tanto, el inventario de inversiones de la UE en el bloque sudamericano sumaba unos 433.000 millones de dólares.