La preocupación en la comunidad del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) por la posible pérdida de sus históricos y necesarios campos para hacer experimentación agrícola fue creciendo en los últimos meses. Primero hubo una toma violenta en un campo de investigación forestal en El Bolsón, en la Patagonia. Y luego en Salta, en el otro extremo del país, se pudo neutralizar la ofensiva de un diputado del Frente para la Victoria para quitarle 500 hectáreas a la estación de Cerrillos.
Ahora la rapiña de tierras del INTA empezó a consumarse desde el lugar menos sospechado: el propio Congreso Nacional. Y es que en la última sesión maratónica del jueves se aprobó, con votos del oficialismo y de la oposición, un proyecto que le quitaría al INTA un generoso lote ubicado en Sumalao, una localidad que quedó pegada a San Fernando de Catamarca, la capital provincial, por la expansión del éjido urbano. Tanto creció que hay un nuevo barrio llamado “INTA Sumalao”.
“Transfiérase a título gratuito a la Provincia de Catamarca el inmueble que detenta el Estado Nacional, ubicado en la ruta provincial 33 Kilómetro 4, Sumalao, departamento de Valle Viejo, Provincia de Catamarca. Matrícula catastral 16-24-17-7580, Folio Real 135, inscripto el 25/01/1941”, dice el proyecto que votaron en esa sesión ómnibus los senadores, y que ahora -con media sesión- va camino a Diputados.
El campo depende de la Estación Experimental Agropecuaria Catamarca del INTA que tiene un perfil de investigación volcado a las actividades intensivas bajo riego (frutales y hortalizas) en zonas áridas y las actividades ganaderas que suelen hacer los productores de dicha región (caprinos, ovinos y camélidos). El campo que quedó en la mira se destina “principalmente a las actividades con rumiantes menores y citricultura”.
Quien logró que sus pares, los senadores, aprobaran el jueves esta silenciosa transferencia de un activo tan valioso fue Dalmacio Mera, del Frente para la Victoria, quien tiene mandato hasta el próximo 9 de diciembre. El objetivo que expone este legislador para llevar a cabo la “transferencia” del campo (que ni siquiera permitirá al desfinanciado INTA contar con una compensación económica como para reubicar sus instalaciones) es casi insólito: “Se trata de una zona de viviendas familiares y no resulta adecuado el funcionamiento de una agencia experimental rural”.
En realidad, y debido a la falta de políticas de planificación territorial por las que este senador nunca parece haberse preocupado, lo que sucedió en Sumalao es lo mismo que amenaza la paz del INTA en muchas otras localidades, que es que las poblaciones han crecido desordenadamente hacia las zonas rurales, acorralando luego a productores e investigadores. En Pergamino, por ejemplo, los investigadores del INTA quedaron en medio de la zona de prohibición dispuesta por la justicia para la aplicación de agroquímicos. Es decir, no pueden experimentar con dichos insumos.
Lo más grave es que no parece haber reacción de la conducción nacional del INTA frente a esta avanzada que sufren sus investigadores en muchas regiones. Silencio de radio frente a este tipo de casos.
¿Y qué propone hacer el senador Mera en esos campos en casos de que prospere la iniciativa en Diputados? Lo contó él mismo en un video para sus redes sociales:
“La idea que persigue la transferencia es incluir el extenso inmueble al radio urbano, a fin de evitar molestias para la población y otorgarles beneficios como la construcción de una escuela, un centro deportivo y espacios verdes. Criterios de sustentabilidad aconsejan desplazar del inmueble el funcionamiento de INTA y así diseñar una localidad, donde el vecino sea el principal beneficiario”, explica el senador peronista sin tomarse la molestia ni siquiera de pensar una alternativa para las actividades del INTA.
El predio que se le quitaría al instituto de investigación agropecuaria de la forma más legal posible -con una ley del Congreso, nada menos-, está ubicado en el kilómetro 4 de la ruta 33. Tampoco parece tener muy claro el senador catamarqueño qué hacer en ese extenso terreno rural.
Mera habla apenas de crear un incierto “centro tecnológico, educativo y de esparcimiento” y le otorga a la provincia de Catamarca un plazo de 10 años para hacerlo. Pero no dice cómo.
Si todo sale bien, la zona quedaría mejor que Disney World. Es que el senador aspira a ” lograr que todos los comportamientos humanos vinculados con lo económico, lo ambiental y lo social generen un sistema de patrones de desarrollo innovadores y estilos de vida creativos, que satisfagan al ciudadano y sus necesidades elevando su bienestar sin afectar el ambiente y sin comprometer generaciones futuras”. Tomá mate.
Parece haber una orden de ir por las tierras del INTA. En junio pasado, otro legislador nacional del Frente de Todos -insólitamente de la Provincia de Buenos Aires- llamado Carlos Américo Selva presentó un proyecto para sacarle para sacarle la mitad de las tierras al INTA Salta, en el departamento Cerrillos, a 10 kilómetros de la ciudad capital. El objetivo también allí era muy difuso, pues el diputado planteaba la necesidad de realizar un “programa de desarrollo urbano” sobre esas 534 hectáreas. Esta iniciativa fue rechazada por la propia comunidad.
34045 dictamen de comisiones sobre pyto de MERA 1104-20 (1)