El 6 de febrero de este año el cielo del Noroeste argentino se enlutó por la partida del formoseño René Evaristo Oviedo, licenciado en Comunicación Social, quien luego de una larga lucha contra el cáncer falleció. Alguien dijo que como René fue un líder con todas las letras, seguramente haya vivido tan intensamente en los 45 años que tenía todo lo que los comunes mortales necesitamos para vivir en unos 90.
René se desempeñaba como comunicador en INTA Bella Vista, de la provincia de Corrientes, pero además fue un apasionado gestor cultural y un fervoroso gremialista de APINTA, el gremio específico de ese organismo. Aún lo lloran toda su familia y sus compañeros, según me dijo Violeta Hauck, comunicadora del Centro Regional de INTA Corrientes. La gente que lo conoció sigue consternada por la pérdida de un emprendedor que siempre se consideró un servidor social, lleno de alegría, bien plantado en sus convicciones.
Oviedo había nacido en Las Lomitas, Formosa, y fue el primero de su familia en graduarse en la Universidad. Desde muy joven le entusiasmó la comunicación popular y ya en su pueblo hacía radio, tomando contacto con su gente, que era su mayor felicidad. Desde chico le gustó leer mucho y siempre fue abanderado, me contó su tía, Silvia Mendoza, a quien la congoja le dificultaba hablar de él.
La música también le ganó su corazón a través de la guitarra y ya en Bella Vista llegó a formar parte de un grupo folklórico que se llamó Empeñados, integrado por su esposa Marcela Collard, como vocalista, y los músicos Franco Salusso y Carlos Collard. Marcela es de Las Garcitas, Chaco y se conoció con René en la facultad. Me sorprendió la entereza con la que me pudo hablar de su esposo y eligió señalarme que René jamás pretendió figurar como creador, ni fundador, ni ideólogo de tantos proyectos de los que participó. Le entendí que a él bien le cabía la figura de quien ayuda a parir, a dar nacimiento y concretar sueños populares, en los que ella siempre lo acompañó. René siempre ofició de “puente”.
Fue tan así que para todas las fiestas de fin de año, René regresaba a su casa natal, en el barrio La Loma, de Las Lomitas. En el amplio patio, lleno de árboles frutales, se juntaban en una larga mesa familiar con sus vecinos y amigos a guitarrear hasta amanecer, entre cervezas y jarras de tereré. Pero un día, ya no cabían y armaron la mesa en la calle de tierra. Y ahí mismo se originó la “Peña Callejera” que derivó en un festival popular declarado hoy de interés turístico, ya con 10 ediciones, sólo suspendida en 2020.
También comenzaron las peñas “Empeñados” en un salón de Bella Vista, sin fines de lucro, adonde invitaban a cantores, bailarines, plásticos, poetas, recitadores, artesanas. Se compartían chipá cueritos o tortas fritas o chirirí (que significa frito o crocante, en guaraní), chipá guazú o pastel de choclo, locro, mbaipú y choripanes. Y en las tardes, pastelitos con mate o tereré.
Todos llevaban algo, cuenta Federico Kanissa, compañero del Área Forestal de la AER Bella Vista. “En algunos momentos cambiaba su guitarra por esas cámaras grandes y pesadas, donde uno tenía que tener el hombro acostumbrado para sostenerlas, y salía a filmar por los campos”, dijo Jorge Cefarelli, comunicador de INTA Goya.
Sus compañeros han contado en las redes, que René marcó un antes y un después en la comunicación social del INTA Bella Vista. Con mucha creatividad, iniciativa y muy buen criterio comenzó a involucrar a las distintas áreas, vinculándolas, aunque al comienzo la mayoría se mostraba reacia. Pero él fue convenciendo a todos de la importancia de llegar a la gente y sobre todo, a los productores, ideando, produciendo y gestionando la realización de material audiovisual.
Oviedo ha participado activamente del Polo Audiovisual NEA, representando al INTA Corrientes y fue un gran referente para la construcción de la Corriente Federal. “En su rol de gremialista en APINTA, fue un gran defensor de los derechos laborales de todos sus compañeros, muy solidario. Sabía escuchar y era muy enérgico en sus reclamos y gestiones. Tanto, que no paraba hasta hallar una solución al problema”, comentó su compañero, el licenciado Gustavo Ramírez.
René fue maestro de ceremonias y conductor del Festival Nacional de la Naranja. Fue gestor y productor de varios programas radiales en la ciudad de Bella Vista, de programas como El Puente y Estilo Bella Vista, y se destacó por la calidad inigualable de los guiones y filmaciones para Pampero TV, al mostrar temas como el Mapa de suelo. Fue organizador de la Red de Radios Comunitarias de Corrientes y participó en la etapa fundacional del Canal Social Latinoamericano “Trama al Sur”. Fue el iniciador de las visitas de alumnos de las escuelas primarias y secundarias, guiadas como jornadas de conocimiento de la Experimental.
Oviedo llegó así a invitar a su gente a soñar con él y a construir el Festival Regional de Cine Rural, como un espacio latinoamericano. En el año 2015 comenzaron congregando a 500 jóvenes de escuelas rurales en un galpón del INTA Bella Vista y se transmitieron 20 audiovisuales: documentales que nos sumergen en la Argentina profunda y a veces, secreta, con historias de vida, mitos y leyendas y mucho más. Hoy llevan seis ediciones, pero René no las quería numerar para que cualquiera las replicara en donde quisiera, como de hecho se replicó en muchas partes del país. Así contó Sebastián “Chapu” Toba, director y productor de cine, con quien René creó el colectivo cultural “Ñu pu” (campo adentro) junto al enorme voluntariado del festival que continuará con este proyecto.
Oviedo promovía una “Comunicación para el Desarrollo” y un nuevo concepto de ruralidad, según contó Esteban Insaurralde, director de la AER Bella Vista. En ese encuentro popular se planteaba, por ejemplo, repensar que al hablar de ruralidad no sólo aparecieran las imágenes de vaca, rancho, tierra, soledad, gaucho, arado, como única construcción identitaria y proponiendo “una pantalla” para las miradas de los jóvenes que habitan territorios rurales diversos, complejos, en permanente cambio, y algunos, muchas veces olvidados.
Es que para René el modo privilegiado de toda transformación cultural y social debía partir de los “encuentros”, donde todos fueran protagonistas de su propio desarrollo. “Sus proyectos apuntaban, sobre todo, a fortalecer las construcciones colectivas en los espacios públicos, y siempre privilegiando a los jóvenes y a los más desfavorecidos de la sociedad”, sostuvo Héctor Boccanera, comunicador de INTA Oberá. René siempre luchó por los derechos de sus coprovincianos de las etnias wichi, pilagá y qom.
En una frase, René transparentaba su corazón: “El revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor”.
“Nos dejó un gran compromiso: continuar con su gran legado. Y es la mejor manera de homenajearlo, de continuar junto a él por siempre, y para no extrañarlo tanto”, dijo emocionado Esteban Insaurralde.
Marcela quiso dedicarnos una canción de Flavio Gauna: “Madrejón”, porque el autor fue vecino de su infancia y describe aquel paisaje formoseño de René como nadie.