Resultó por lo menos llamativo que la Secretaría de Agricultura haya hecho publicidad gratuita y convalidado un nuevo “acuerdo” de precios para cortes de consumo masivo con el Consorcio ABC. Al menos no debería hacerlo hasta definir cuáles serán las nuevas reglas para la carne vacuna, más allá de las urgencias en materia de precios que se presentan este fin de año.
Los acuerdos de precios con el Consorcio ABC (que agrupa 80% de la exportación, pero solo 30% de la faena) no son inocuos. Han sido una constante desde la época de Guillermo Moreno como secretario de Comercio, cuando se conocían como “la barata”. Las autoridades kirchneristas bloqueaban las exportaciones con diferentes reglas, pero a cambio se negociaba con esa cámara cupos de exportación a cambio de un cupo de cortes más baratos.
La venta de algunos cortes que no se exportan en los supermercados, a precios supuestamente ventajosos, era el salvoconducto que este grupo de frigoríficos obtenía del gobierno de turno para tener luego privilegios en el comercio exterior. Pero ese flujo de comercio no era excepcional: los frigoríficos exportadores siempre vendieron carne por esa vía, pues no todos los cortes encuentran destino en el mercado externo. Por ejemplo, en la integración de una media res de novillo, el supermercado local siempre fue el principal ducto comercial para poder colocar ese tipo de corte.
La discusión estaba, en todo caso, en los volúmenes y precios a que se ofrecían esos cortes más baratos. Pero a lo largo de esta historia de Cortes Cuidados nadie controló demasiado que se cumplieran ambas cosas. El último pacto era de 13 mil toneladas mensuales, que claramente no se cumplieron porque esa era una exigencia demasiado elevada para los frigoríficos (equivale a 5% de la producción mensual de carne). Para los medios estaba bien decirlo. Pero lo cierto es que el ex secretario de Comercio Interior, Matías Tombolini, jamás controló y la oferta era casi testimonial. Todo para la galería.
Este tipo de pactos entonces funcionaban como pantalla. Los políticos decían que había carne barata, y la gente escuchaba que había carne barata, pero casi nadie encontraba esa carne más barata, salvo que se hiciera tiempo para estar a primera mañana en algún supermercado. La publicidad engañosa perfecta. En medio, el Consorcio ABC negociaba cupos de exportación y otras cosas, como el cuarteo obligatorio que finalmente no prosperó. Y así, Mario Ravettino, su presidente, fue a lo largo de los años un interlocutor privilegiado de las autoridades, cada vez que había que discutir alguna política sobre carnes.
Ravettino estuvo el jueves en la Secretaría de Agricultura, reunido con el secretario Vilella y funcionarios de Economía, para analizar el contexto general luego de la devaluación del peso y la definición de un nuevo tipo de cambio para la exportación. Allí también se les comunicó a los frigoríficos que habría un nuevo derecho de exportación del 15%, lo que supondría un aumento de 6 puntos en la alícuota actual. De todos modos, el empresario declaró a la salida de la reunión ante todos los medios presentes que la ecuación era mejor para la exportación, pues la corrección cambiaria diluía el impacto de las mayores retenciones.
Luego de eso, Agricultura anunció un nuevo acuerdo de precios con el Consorcio ABC. “Ante la grave situación económica que vive la Argentina, desde la Secretaría de Bioeconomía hemos acordado con la industria, valores de oferta para 5 cortes parrilleros. Queremos destacar la receptividad por parte del Consorcio de Frigoríficos Exportadores ABC y, los supermercados Walmart / Chango Más, Carrefour, La Anónima, Cencosud (Disco, Vea y Jumbo) y carnicerías Friar del norte del país”, informó un comunicado.
Una vez más, las negociaciones se hacían al margen de la Mesa de las Carnes, que agrupa a unas treinta entidades de la cadena de ganados y carnes. Ni tampoco incorporaban a los matarifes reunidos en Camya, que habían pedido repetidas veces a las anteriores autoridades ser parte de este tipo de acuerdos, ya que son sus socios los que llevan el comercio de carne ante los barrios más humildes.
Se repetía una postal de la historia, cuando las cosas estaban siempre mal en este tipo de acuerdos de precios: el Estado pactando solo con las grandes empresa y metiendo mano en el mercado.
El nuevo presidente Javier Milei siempre deploró de eso. Y se esperaba un giro de timón de 180 grados en el rumbo. Pero a la primera reunión, reaparecieron los acuerdos. Puede ser una estrategia válida acordar precios solidarios con un sector. Pero entonces debería ser con todos los actores y no solo con una cámara, como hasta ahora. Además, si el Estado participa de una negociación, debería definir con claridad cantidades y puntos de venta. Y sobre todo controlar que los frigoríficos cumplan con su palabra.
Para colmo este nuevo “acuerdo” con el Consorcio ABC no resulta demasiado ventajoso para el consumidor y deja al propio Estado convalidando fuertes aumentos de precios. Ejemplo, los frigoríficos prometen volcar el kilo de asado a 4.900 pesos, cuando en noviembre ese corte promedió los 3.475 pesos, según la última medición del IPCVA. ¿Cuál sería entonces el beneficio?
Los otros cortes incluidos son matambre ($ 5.900), vacío ($ 5.900), tapa de asado ($ 4.900) y falda ($2.900). Todos los valore esconden fuertes aumentos.
“Estamos convencidos que a través del diálogo seguiremos trabajando en conjunto con la industria frigorífica y los supermercados, sectores relevantes de la economía argentina”, dice el comunicado de la cartera comandada por Vilella. Por cierto, hay muchas cosas para definir en materia de comercio de carnes y lo mejor de todo sería negociar con todos los sectores, sin las manos atadas con ciertos sectores que históricamente se han visto favorecidos con el monopolio del diálogo con los funcionarios.
Hay cosas de importancia por discutir, como desregular por completo las exportaciones y terminar con el curro de las DJEC (los permisos de exportación), o con los cortes prohibidos. Hay cosas importantes por hacer, como reformular el Plan Ganar, para producir un impacto serio en la oferta de carne, como para limitar los anuncios a este tipo de acuerdos de precios, que siempre han sido bastante mentirosos.
Hay tanto para hacer. Y hay que hacerlo con todos.
Siempre se prometio algo ? nunca se cumplio por lo menos a rajatabla , como tiene que ser !!Al final todos son iguales y terminan haciendo ? tomando por la tangente !!!
Al final, tanto se llenaron la boca con la falta de libertad del gobierno anterior y son lo mismo. Areeglan para beneficiar a los amigos. Son la misma CASTA.