Finalmente, tal como se anticipó, el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) aumentó la proyección de exportaciones de soja 2021/22 estadounidense para reducir el stock final interno de la oleaginosa a una cifra de apenas 5,58 millones de dólares.
De todas maneras, como los compromisos comerciales de soja estadounidenses para el presente ciclo suman 59,96 millones de toneladas, una cifra superior a los 59,06 millones previstos hoy por el USDA, es probable que el stock interno siga reduciéndose en las próximas semanas.
La cuestión es que la nueva cosecha de soja de EE.UU. recién ingresa en septiembre próximo, con lo cual los precios de la soja disponible en esa nación estarán a “punto caramelo” para golpes alcistas violentos ante cualquier factor de mercado propicio para generar tales reacciones.
En lo que respecta a la nueva campaña 2022/23, además del riesgo climático, EE.UU. comenzará el ciclo con reservas internas muy bajas en términos históricos y, aún suponiendo que todo marcha normalmente y se logran levantar 126,2 millones de toneladas, el USDA proyecta que EE.UU. terminará el 2022/23 con un stock final de 7,61 millones de toneladas.
Es decir: al balance de oferta/demanda de soja estadounidense no sólo no le sobra nada, sino que más bien le falta mucho para estar en una situación holgada y cualquier evento climático o comercial desfavorable podría tener impacto inmediato en los precios del poroto en EE.UU.
De todas maneras, hoy viernes el valor de los futuros de soja en el mercado estadounidenses CME Group terminaron con bajas intradiarias porque la caída del valor internacional del petróleo terminó arrastrando a los precios del aceite de soja (insumo base del biodiésel).