Durante la Cumbre Anual de AGRF 2022 –el principal foro mundial que impulsa la agenda de la agricultura, la alimentación y el ambiente de ese continente- África y América profundizaron sus lazos de cooperación para velar por la sostenibilidad de sus sistemas agroalimentarios. Este trabajo conjunto, que es apoyado e impulsado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), es considerado clave para enfrentar las causas de la inseguridad alimentaria, la desnutrición y la degradación ambiental en esas regiones y del resto del globo.
El encuentro fue realizado en Kigali, la capital de Ruanda, y contó con la participación de líderes de gobiernos, organismos internacionales, la Academia y el sector privado.
“Cuanto más profunda es la crisis, más cooperación necesitamos. La cooperación se da entre iguales y eso es lo que somos. Esa es la esencia de la Cooperación Sur-Sur, en la que creemos fuertemente, porque significa construir puentes. Esa es la razón por la que priorizamos el diálogo entre las Américas y África”, señaló el argentino Manuel Otero, Director General del IICA.
Durante el panel del que fue parte, Otero hizo foco en las realidades comunes que unen a África y América: juntas suman 39% de los bosques del mundo y el 51% del stock de carbono, además de gran parte de los ecosistemas de valor ambiental y productivo del planeta.
Estamos aquí para transformar ese potencial en acción, de manera que sirva para mejorar la calidad de vida de quienes viven en las zonas rurales”, afirmó el titular del organismo.
“Tenemos que convencernos que África y las Américas tienen un pasado y un presente conjunto y un futuro que ofrecer al mundo. Por eso empezamos a dialogar con instituciones africanas. Debemos ser pragmáticos. El tiempo para la acción es ahora. No debemos esperar que nos ayuden, sino ser protagonistas del nuevo tiempo”, concluyó el director.
Por su parte Agnes Kalibata, presidenta de la Alianza para una Revolución Verde en África (AGRA), puntualizó que la Cooperación Sur-Sur ya se viene desarrollando desde hace tiempo, pero que hoy el mundo vive un momento especialmente crítico que obliga a profundizarla.
“Hoy la pregunta es cómo caminamos juntos. Ya tenemos una cantidad de proyectos conjuntos, de los que se benefician países africanos, latinoamericanos y caribeños. En mi país, Ruanda, tenemos una gran conexión con Brasil, que nos ha enseñado cómo la agricultura puede contribuir al desarrollo económico. Tenemos que conocernos mejor y, cuánto más avancemos, más vamos a crecer”, sostuvo Kalibata.