Por Matías Longoni (@matiaslongoni).-
En medio de una devaluación importante, muchos de los argentinos que disfrutan de sus pequeñas timbas cotidianas quizás aprovechen alguna oferta descolocada en el marco del “Hot Sale”. Los productos y viajes por el mundo fueron ofrecidos a precios locos en pesos, que además ahora se cubren con una menor cantidad de dólares que antes.
El “Hot Sale” también llegará hasta el sector agrícola, pero de modo completamente diferente. Los “fuertes descuentos” que se esperan perjudicarán claramente al productor en vez de beneficiarlo. ¿Cuándo? ¿Cómo? Cuando el tipo finalmente, después de dos semanas de intensas lluvias, pueda ingresar con la cosechadora a su lote de soja, levante lo poco que le había dejado la sequía y envíe esa mercadería a alguno de las fábricas aceiteras, que son las que absorben la mayor parte de la cosecha local del poroto (este año, casi toda), para transformarla en harina y aceite.
Esto está sucediendo ahora mismo, está comenzando a suceder. Ha sido tanta la humedad que recibieron los cultivos en las últimas semanas (en algunas zonas cayeron hasta 500 milímetros en menos de quince días), que lo que levantan la cosechadora es en muchos casos casi como un masacote. Es decir, un bodoque húmedo compuesto por granos podridos, brotados, verdes y acaso alguno que haya quedado seco y sano.
Hay muchos testimonios como éste dando vueltas en las redes sociales, que grafican bien la situación:
https://twitter.com/twitter/statuses/995698820414664704
Extraoficialmente se estima que el exceso de humedad afectó con mayor severidad cerca de 3 millones de hectáreas sembradas con soja. En esos casos, a la falta de desarrollo adecuado de los cultivos durante el verano (cuando se forman los granos) provocado por la falta de lluvias, se sumarán ahora graves daños en la calidad de la producción por el exceso de agua y el retraso en la cosecha. ¿Cuánto daño? Imposible saberlo con precisión por ahora. Pero los analistas consultados coinciden en que será “mucho daño”.
Para empezar, se sabe que están apareciendo con mucha frecuencia lotes con hasta 50% de grano dañado.
Un primer indicio de lo mal que viene la mano lo dio la Bolsa de Comercio de Rosario. “Un informe de calidad sobre 119.000 toneladas de soja analizadas por la Cámara Arbitral de Rosario reportó que el 42,5% superó el límite de tolerancia de granos verdes del 10%. En promedio, la incidencia de granos verdes es la mayor desde la campaña 2010/11”, señaló.
Es decir, que casi la mitad de la cosecha de soja no cumple con el 10% de tolerancia de presencia de granos verdes, y entonces ya es pasible de algún descuento en el precio pagado al productor por el comprador.
Soja cosechada en Rufino, Factor 19, es decir te pagan el 19% del valor de mercado, Lilita hablame de vender esto a gran escala, quien te compra y te recibe esto? Hay 3 Mill de has en estas condiciones. 37 años laburandoen el campo nunca ví esto. pic.twitter.com/tVAmhcH007
— Guille Goñi Torello (@goni_guille) May 13, 2018
De todos modos, el reglamento que establece las normas de calidad para la comercialización de soja penaliza muchos otros factores, como la presencia de granos negros, granos partidos o dañados, materias extrañas, tierra, etcétera. Incluso se prevé un arbitraje adicional para los camiones de soja que lleguen a puerto en condición “revolcado en tierra”, “olores comercialmente objetables” y “granos amohosados”. Todo, todo se castiga en el precio.
Por ejemplo, a partir de detectar un 5% de porotos “dañados” en una carga, se aplica 1% de descuento por casa 1% de daño.
Los descuentos se van acumulando de tal manera que en algunos casos al productor le convendría directamente no cosechar. Pero es una verdadera trampa, porque la calidad de su mercadería no la conoce hasta los primeros análisis que se realizan en el acopio.
“Si bien hay que esperar unos días para que entre más volumen, está llegando soja con grano dañado del 10 al 84%. Es una catástrofe”, señaló el titular de la Federación de Acopiadores, Fernando Rivara, en declaraciones al diario La Nación. El directivo también dijo que ante la reanudación de la cosecha se está recibiendo grano con una humedad de entre 18 a 21%, cuando lo aceptado es un 13,5%.
Cosechando nuevamente soja.
Mucha perdida por calidad. pic.twitter.com/I01kYFh9R0— Nicolas Fernandez Ll (@NFLLcampo) May 14, 2018
Necesitadas de mercadería para moler este año (hay que recordar que la cosecha local se desinfló por culpa de la sequía de 56 millones de toneladas a solo 37 millones, y entonces creció significativamente la capacidad ociosa de la industria), la mayor parte de las fábricas ha reaccionado bien en primera instancia, ya que ampliaron los límites de tolerancia antes del “rechazo” directo de los camiones que están llegando al puerto. Por ejemplo, en grano verde, muchas aceiteras ya aceptan hasta un 25%.
Javier Buján, presidente de la Cámara Arbitral de Cereales de Buenos Aires, dice que ya están en alerta porque si bien muchas empresas aceptan tomar la carga, no siempre los análisis que se realizan son justos para con el productor. Y podrían cometerse muchos abusos.
“Hemos visto casos donde el resultado a la descarga daba un porcentaje y el resultado en Cámara era sensiblemente inferior”, advirtió. En esa entidad, que debería tener la última palabra en casos de conflictos entre las partes, están preparando un plan de contingencia para hacer análisis rápidos sobre el “dañado” de los granos.
Por su parte, los acopiadores avisaron que pedirán una reunión con Ciara-Cec, que agrupa a los industriales, para pactar condiciones excepcionales ante esta nueva emergencia. Y no son pocos los que piensan que debería tomar la batuta ante esta situación el Ministerio de Agroindustria.
MIRÁ CÓMO LA LLUVIA ARRUINÓ ESTA SOJA
Las últimas lluvias afectaron gravemente los cultivos de soja y complicaron aún más la campaña que venía golpeada por la sequía. Desde la #SRA nos solidarizamos con los productores y sus familias que ven afectadas sus tareas productivas. pic.twitter.com/0gb2OhHlW3— Sociedad Rural (@SociedadRural) May 13, 2018
Cierto es que la menor calidad de la cosecha de soja también perjudica a la industria procesadora, que debe partir de esa materia prima para obtener pellets o aceite de soja de calidad comercial. Pero la peor parte claramente le corresponde al productor.
El propio Buján realizó una cuenta sencilla para explicar la situación. Si los descuentos promedios por calidad van del 5 al 10%, en realidad los productores estaría entregando las 37 millones de toneladas que pudieron cosechar luego de la sequía, pero estarán cobrando solo entre 35,15 millones y 33.3 millones de toneladas. Bastante menos.
Lo que se dice un “Hot Sale” completísimo, un combo perfecto como para terminar de liquidar lo poco que quedaba en stock.