La fiesta del tomate platense, que se celebra cada verano, es una excusa para el encuentro entre un grupo de agrónomos, docentes universitarios y productores que trabajan para revalorizar las variedades de tomate que trajeron hace un siglo atrás los inmigrantes italianos que se dedicaron a la horticultura en el cinturón verde de la ciudad capital de la Provincia de Buenos Aires. Pero todo ese trabajo no nació de una lechuga: fue Juan José “Lolo” Garat quien dio el puntapié inicial hace ya más de dos décadas.
Garat es ingeniero agrónomo y docente del curso Extensión Rural de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de La Plata (UNLP). Desde ese rol fue él quien dirigió el primer proyecto buscando la revalorización del tomate platense a partir de 1999.
-¿Y por qué? ¿Cuál era el sentido?
–Estamos hablando de 1999 o 2000. El tomate platense había prácticamente desaparecido del mercado y tenía como mucha fuerza el tomate que en ese momento era denominado “larga vida”. Era un tomate que uno cosechaba y lo dejaba arriba de la heladera dos meses y no pasaba nada. Para el vendedor era una ventaja, pero para el consumidor no, porque era un tomate desabrido. Y si había una característica del tomate platense es que un tomate muy rico.
Mirá la entrevista con Juan José “Lolo” Garat:
Lolo, que se volvió especialista en el tomate y hasta elabora una cerveza en base a ese fruto, relató a Bichos de Campo que el proyecto de para rescatar las viejas variedades de tomate platense nació en el curso de extensión agropecuaria que él dirigía en la UNLP. “La idea era revalorizar un cultivo que había tenido historia en el territorio, que había sido de alguna manera el paradigma de la producción hortícola, del cinturón verde de La Plata, y que ese cultivo fuera reapropiado por los productores”, explicó.
El agrónomo añadió que el tomate platense, a diferencia de muchos híbridos que coparon el mercado después, “es un cultivo muy sencillo de hacer, muy económico, fundamentalmente porque los productores pueden hacer su propia semilla, requiere de una escasa o nula aplicación de agroquímicos, porque está absolutamente adaptada a la zona, y es una variada botánica que tiene una serie de atributos que lo hacen más apropiable por la pequeña producción”.
-¿Entonces por qué estaba prácticamente en extinción a fines de los 90?
-Había como desaparecido del mercado el tomate platense. Entonces con un grupo de docentes de la facultad salimos a buscar semillas. Había en todo el cinturón verde, desde Hudson hasta Berisso. Había productores que las iban haciendo para su consumo. En Gorina también había casos de productores que lo seguían haciendo. Lo divertido de la historia era contrastar ese tomate con sabor y más natural con el tomate más de tipo industrial que se estaba como imponiendo en la región. Recuperar esas semillas implicaba entonces recuperar cierta tradición, cierto modo de hacer las cosas, y también un tomate con sabor. Porque el tomate platense es sabroso.
-¿Fue difícil encontrar esas semillas?
-No había mucho. En ese momento hemos recuperado como 15 poblaciones de gente de Hudson hasta Berisso. Todo el arco que rodea el Gran La Plata. Una población de semillas corresponde a un productor. Los productores nos dieron con absoluta generosidad sus semillas. Y acá mismo, en esta experimental (se refiere a Gorina), se produjo la presentación del proyecto de Revalorización y Rescate del tomate platense en 1999. La primera fiesta se hizo acá en la estación de tren que está cerrada. Combinaba un poco la estación de tren cerrada con el tomate de Platense. Era todo como una rescate emotivo.
-Pero más allá de lo emotivo, ¿tiene sentido económico y productivo rescatar el tomate platense?
–Esa es la pregunta. Yo creo que desde el punto de vista económico sí. ¿Por qué? Porque es un cultivo muy barato de hacer que los productores lo han hecho por muchos años, conocen cómo se produce, conocen la forma de hacerlo, lo que hay que aplicar y lo que no hay que aplicarle. Pero a veces lo económico no es, lo determinante. Creo que hay otras cuestiones que son determinantes, que influyen en las decisiones de los productores. Lo económico influye, pero en el mundo circulan otras ideas. Entonces, promover el tomate platense era medio ir a contracorriente. En ese momento era ir en contra de lo que se hacía.
-¿Por qué a contracorriente?
-A ver, todo era tomate, larga vida, era producción de tipo industrial. Entonces eso generaba cierta tensión entre cómo se producía ese momento y la propuesta nuestra. Un grupo de productores lo tomó. Generalmente eran productores, chicos que encontraban en el tomate platense una posibilidad de obtener ingresos y de ponerse la camiseta con algo que que era representativo de la región. Entonces por muchos años se siguió produciendo con ese sentido. Nadie produce nada a pérdida.
Luego de esta decisión de rescatar las semillas e impulsar la producción, Garat contó que la fiesta provincial de tomate platense se comenzó a realizar cerca de 2005. “Había mucha avidez por recuperar el sabor del tomate platense. La primera fiesta nace como una instancia para promover la demanda, y se vfue transformando en un lugar de encuentro. La gente venía, pasaba el día, había tomate, había música, había producción de la economía social. Entonces todo eso como era como un un gran paquete que respondía a esa nueva demanda que estaba más retraída. En paralelo se hizo la fiesta del vino de la costa.
-¿Te sentís satisfecho con todo este proceso o falta algo?
-¿Puede ser las dos cosas? ¿Satisfecho? Sí, porque a hace un par años como que me retiré del proyecto y hoy se sigue haciendo la fiesta y el tomate platense volvió a estar en la boca de la gente.
-Y el tomate platense es sinónimo de tomate con sabor a tomate…
-Yo creo que esa es la característica. Los otros producirán mucho más, tendrán otras virtudes. Pero en materia de sabor es incontrastable. No sé si está bien que yo lo diga, pero no hay un tomate tan sabroso como el tomate platense.
Buen día.
Yo aprendí de bebé a caminar gracias al tomate.
Imagínense mi fascinación por el fruto y mi frustración cuando ya no olía y no sabía.
En 2014 me propuse hacer una huerta sin saber el tiempo que me llevaría así que la disfrute,y luego la tuve que dejar por los tiempos que nos lleva el día a día.
Este inicio de año quise intentarlo y no lo logre.
No recuerdo bien los tiempos de la planta de tomate pero ya a fines de febrero creo que no estoy a tiempo de hacerlo.
De todas maneras me gustaría saber si me pueden informar si hay posibilidad de conseguir semillas orgánicas en Córdoba .
Yo soy de Unquillo pero puedo acercarme a la ciudad.
Me pone muy contento sus trabajos y los felicito.
Espero que con el tiempo podamos recuperar todos nuestros alimentos.
Abrazo.
Además, cada día es más importante recuperar las semillas de cada lugar lo que lo transforma en una importante obra para las próximas generaciones.
Felicitaciones al Ing Garat!! Y a los productores. Qué importante poder comer tomates ricos como ya casi no hay!
Exelente idea Inge, yo cultivo tomates hace más de 30 años y el sabor es muchísimo más rico q los del mercado
Soy de Mar del Plata, en mi jardín,reservo un pequeño espacio,para algunas verduras,aromáticas y tomates.
Adonde puedo conseguir semillas de tomate
Platense❓❓❓.
muchas gracias,bnas tardes.A
Soy sanjuanina crecí comiendo tomates con gusto a tomates rojos jugosos con el tiempo el tomate fue perdiendo su esencia y actualmente no tiene sabor son de color anaranjado y verdes por dentro