Luego de que el sistema de control de producción y comercialización de trigo fuese virtualmente desmontado durante la gestión de Alberto Fernández, el actual gobierno implementó una nueva declaración jurada orientada a lograr un monitoreo más estricto del sector.
Este año la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario, dependiente de la Secretaría de Agricultura, implementó una nueva declaración jurada obligatoria para los molinos de trigo con el objetivo de intensificar la fiscalización.
Los molinos harineros tuvieron que informar en dicha declaración datos técnicos de su proceso productivo y maquinaria utilizada, además del nombre del responsable de la calibración y mantenimiento de la balanza de trigo de primera rotura del grano.
A partir del cruzamiento de los datos informados con otras fuentes de información, se implementó un sistema automatizado para detectar posibles inconsistencias entre el consumo energético y el volumen de molienda declarado.
Tras haber detectado balanzas adulteradas en inspecciones recientes, Control Comercial comenzó a poner el foco en las personas responsables de esa instancia del proceso productivo, lo que contribuye a evitar defraudaciones al respecto porque ningún profesional quiere quedar “pegado” con una irregularidad.
Diego Cifarelli , presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM) destacó la implementación de la nueva declaración jurada para poder lograr un control inteligente de la molienda de trigo
“Este nuevo esquema apunta a reducir la informalidad en la cadena triguera, aprovechando la tecnología para lograr un control más preciso”, señaló Cifarelli.
El presidente de FAIM valoró el trabajo llevado adelante por la Secretaría de Agricultura en el combate a la informalidad y aseguró que el nuevo sistema permitirá conocer en detalle la situación de la industria al incorporar tecnología que detecte la informalidad.