El gobierno nacional acaba de ampliar el monto del fideicomiso aceitero financiado con aportes del sector agroindustrial y destinado a subsidiar el precio mayorista de los aceites refinados de soja, girasol y sus mezclas en envases de hasta tres litros que se comercialicen hasta enero de 2023 en el mercado interno.
Si bien inicialmente se había establecido que en el presente año el fideicomiso se integraría hasta completar un fondo de 190 millones de dólares, esa cifra quedó desactualizada en función de la evolución de los precios internacionales de los aceites, razón por la cual –por medio de la resolución 753/2022, se decidió ampliarlo hasta los 240 millones de dólares.
Los aportes de fondos destinados al fideicomiso se realizan en función de la registración de las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) de soja, girasol y de harina y pellets de soja y girasol (no se considera a los productos elaborados con granos importados).
Si bien tales recursos son aportados de manera directa por las empresas exportadoras, luego se descuentan –cuando las condiciones comerciales lo permiten– de los precios de los granos, lo que implica que el fideicomiso, en los hechos, opera como una “retención encubierta”.
El volumen de aceites envasados que será objeto de las compensaciones del fideicomiso es de 29 millones de litros por mes. Las empresas que reciben las compensaciones –las industrias que comercializan aceites vegetales en el mercado local– están obligadas a vender el producto con un precio mayorista determinado por la Secretaría de Comercio Interior.
En los fundamentos de la resolución 753/2022 se indica que si bien la implementación del fideicomiso “ha demostrado ser una herramienta adecuada” para contener la inflación, el mismo “se encuentra próximo a alcanzar el monto de aporte comprometido (190 millones de dólares), el cual resulta insuficiente para atender las necesidades del fideicomiso en su estado actual”.
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