Alphabet, la empresa madre de Google, presentó unos simpáticos prototipos de robots “zancudos”, cariñosamente llamado “buggy”, cuya función principal sería inspeccionar planta por planta, “caminando” entre los surcos con sus altas patas, unos pilares verticales para no molestar a los cultivos.
En sus recorridas, los “buggy” irían recopilando gran cantidad de información. En este caso particular, referida a nutrientes y minerales y el desarrollo de los vegetales.
Se trata del proyecto “Mineral”, uno de los tantos desarrollos que está llevando a cabo la compañía X de Alphabet, como Google. Elliott Grant es el responsable de “Mineral” y en una nota que subió al blog de X, titulado “Mineral: dando vida a la era de la agricultura computacional”, asegura: “Así como el microscopio llevó a una transformación en la forma en que se detectan y manejan las enfermedades (…) durante los últimos años, mi equipo y yo hemos estado desarrollando las herramientas de lo que llamamos agricultura computacional , en la que los agricultores, criadores, agrónomos y científicos se apoyarán en nuevos tipos de hardware, software y sensores para recopilar y analizar información sobre el complejidad del mundo vegetal”.
“Nuestro proyecto comenzó con la idea que para cultivar alimentos de manera sostenible a escala global, se necesitarán nuevas herramientas para gestionar la asombrosa complejidad de la agricultura. Junto con los expertos en el campo, literal y figurativamente, hemos estado desarrollando y probando una variedad de prototipos de software y hardware basados en avances en inteligencia artificial, simulación, sensores, robótica y más”, afirma Elliot.
Computational agriculture could help farmers reduce their use of harmful chemicals and make better decisions about crop-threatening issues like pests, diseases, and drought. @WorldAgriTech #agritech #rafiweek https://t.co/NEEmSeU9jK
— The Team at X (@Theteamatx) March 19, 2019
“¿Qué pasaría si cada planta pudiera ser monitoreada y recibir exactamente la nutrición que necesita? ¿Y si pudiéramos desenredar los impulsores genéticos y ambientales del rendimiento de los cultivos? ¿Qué pasaría si pudiéramos medir las formas sutiles en que una planta responde a su entorno? ¿Y si pudiéramos hacer coincidir una variedad de cultivo con una parcela de tierra para una sostenibilidad óptima?”. Estas son las preguntas que se hace Elliot. Las respuestas las dará la nueva agricultura que se viene.
¿Será el futuro de la agricultura un enjambre de pequeños robots no solo monitoreando sino también combatiendo malezas en forma mecánica, yuyito por yuyito?
El futuro de la agricultura (tuit fijado) pic.twitter.com/dROAPeglxP
— Manuel Fernández (@madferz) March 18, 2019