La liberación de las restricciones a las exportaciones habría impactado de forma positiva en las ventas de carne vacuna al extranjero en el arranque del año y eso provocó, a su vez, una menor disponibilidad de carne para el consumo interno.
El dato cierto se conocerá esta semana pero según analistas, el volumen de carne exportada en el primer mes del año habría sido elevado.
El año pasado las ventas de carne vacuna al extranjero sumaron más de 930 mil toneladas y superaron al récord de 2020, que fue de 903.000 toneladas. Para este año se esperaba en principio repetir ese número, pero a costa de sacrificar una parte del abastecimiento al mercado local, ya que se espera que la faena y la producción de carne caigan.
Lo que sí se sabe que creció, de la mano de la eliminación de los cupos de exportación y de la prohibición para determinados cortes, es la mayor producción de novillos por parte de la industria exportadora.
Según datos de la Cámara de Feedlot, al 1 de febrero el 64% de los corrales de engorde hoteleros tenían hacienda de la industria. Y de ese total el 53% del ganado era propiedad de los frigoríficos exportadores y el 47% era propiedad de operadores del consumo interno.
Un año atrás, cuando regían las limitaciones, la situación era otra: en los feedlots que dan servicios de engorde de hacienda de terceros (los llamados hoteleros) los exportadores tenían el 41% del total de los vacunos encerrados por parte de la industria, y el otro 59% era de los consumeros.
Otro dato que da cuenta de este crecimiento se refleja en la cantidad de animales que se engordan con destino a la Cuota 481, cupo que ingresa a la Unión Europea sin aranceles y que se completa con carne de animales que fueron terminados a corral.
A inicios de febrero de este año, según el relevamiento de la Cámara de Feedlot, las empresas habían informado que tenían 153.000 novillos encerrados con destino a cubrir ese cupo. Un año atrás ese volumen era de 130.000 cabezas, lo que indica un incremento de 18%.
La producción de estos animales tiene varias ventajas, ya que se trata de lo que en la jerga se conoce como novillos “doble propósito” o “binorma”.
Por un lado, quien engorda logra más kilos de peso por unidad producida, lo que se traduce en más carne en gancho y además la posibilidad de aprovechar negocios de exportación.
Por otra parte, este tipo de novillos, en caso de que no sea negocio o no se llegue con los tiempos a venderlos en el marco de la Cuota 481, también se pueden colocar en el mercado doméstico a través de las cadenas de supermercados, cuya carne es generalmente abastecida por los exportadores.
Además, la terminación a corral acelera los tiempos de producción y por lo tanto la disponibilidad de hacienda para la faena.
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