Muchas veces se repite que en materia climática el gobierno de Cambiemos tuvo muy mala suerte. Por cierto, en 2016, el primer año de la gestión, el exceso de lluvias y la inundación hicieron estragos sobre millones de hectáreas. Y luego siguió la sequía, que en el verano de 2018 provocó la pérdida de por lo menos 30 millones de toneladas de soja y maíz. Son datos objetivos.
Siempre es mejor que sobre agua a que sea insuficiente. El ex ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, puede dar cuenta de eso, puesto que más allá de la gran cantidad de hectáreas que permanecían inundadas, por los altos rendimientos él pudo anunciar su propia cosecha récord al cabo del ciclo 2016/17. Oficialmente se calculó entonces que la producción de granos había llegado a 136.708.000 toneladas.
Su sucesor, Luis Miguel Etchevehere, arrancó también con el pie izquierdo, porque su primer año de gestión estuvo signado en materia agrícola por los fuertes daños que provocó a los cultivos la escasez de lluvias en el primer cuatrimestre de 2018. Por las fuertes pérdidas en maíz y soja, la cosecha global de 2017/18 se redujo a solo 112 millones de toneladas (siempre según el cálculo de Agroindustria, que resulta en los últimos años mucho más abultado que los de los privados).
Ahora, con la matriz climática algo más normalizada, Etchevehere quere tomarse revancha. En la jornada sobre estimaciones agrícolas oficiales organizada por los subsecretarios de Agricultura, Luis Urriza, y de Mercados Agropecuarios, Jesús Silveyra, se vaticinó que la cosecha 2018/19 podría llegar a 140 millones de toneladas. “Sería la mayor de la historia de la Argentina, y representa un 25% más en comparación a la campaña del año último”, se ensalzó.
Escuchá al subsecretario Luis Urriza contando cómo se llega a esos números:
Los datos se conocieron durante la 3° Jornada de Perspectivas Agrícola organizadas por Agroindustria, donde participaron además el jefe de Gabinete de la Secretaría, Santiago del Solar; y el economista jefe de la Bolsa de Cereales, Ramiro Costa. Con los equipos de esta entidad privada y los de la Bolsa de Comercio de Rosario hubo contactos en los últimos días para unificar los modos de calcular la producción de maíz, ya que mientras le estadistica oficial toma todo el grano disponible (incluido el de conusmo interno en chacra), las bolsas solo consideran el forrajero que ingresa al circuito comercial. Esto provoca que los números presenten grandes diferencias.
Para la soja se prevé una producción de 54,2 millones de toneladas, es decir un crecimiento del 44% respecto a los 37,78 millones de la campaña anterior, con una intención de siembra de 17.5 millones de toneladas de hectáreas.
En cuanto al maíz se proyecta 49,68 millones de toneladas con una intención de siembra de 9,35 millones de hectáreas.
Para el trigo, que ya se está consechando, se prevé una nueva cosecha récord de 20,14 millones de toneladas con una intención de siembra de 6,2 millones de hectáreas, mientras que la cebada presenta una intención de siembra de 1,06 millones de hectáreas con una proyección de 4,48 millones de toneladas.
El girasol, en tanto, presentaría 3,7 millones de toneladas de producción con 1,70 hectáreas de intención de siembra; mientras que de sorgo habría 3,74 millones de toneladas con 770.000 hectáreas de siembra.
Etchevehere, quien se encuentra de gira en China, no se quiso perder el anuncio sobre la cosecha récord que podría sacarle una sonrisa a todo su equipo. Por eso, declaró que “a pesar de la feroz sequía, los productores argentinos volvieron a apostar al país demostrando una vez más su fuerte compromiso en la actividad que es el motor de nuestra economía”.
El subsecretario de Mercados Agropecuarios, Jesús Silveyra, subrayó que esta recuperación rápida de la agricultura “nos permite evidenciar las enormes oportunidades con las que contamos. Argentina tiene un potencial para aumentar hasta 60 millones de hectáreas sembradas, además de recursos importantísimos como agua, clima, suelo”, destacó.