Little Rock, Arkansas. Nos informa desde allá Oscar Soria, un ambientalista argentino que ahora oficia de vocero de una asociación llamada Avaaz, que el Directorio de Plantas de Arkansas votó este miércoles por 10 a 3 una prohibición del herbicida Dicamba durante la temporada 2018, sentando un precedente que podría causar un efecto dominó en los Estados Unidos, Brasil, Argentina e India.
Cientos de productores viajaron de todos los rincones de ese estado para presentar sus quejas sobre el uso excesivo de dicamba, un herbicida vendido por Monsanto. Luego de escucharlos, el Directorio de Plantas de Arkansas votó 10 a 3 a favor de una prohibición desde el 16 de abril y hasta el 31 de octubre de 2018. Para que la prohibición surta efecto, ahora necesita la aprobación final del subcomité ejecutivo del Consejo Legislativo de Arkansas.
Desde el lanzamiento de Dicamba, según la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, ese agroquímico ha dañado 3.6 millones de acres de soja en ese país. Para Monsanto es un verdadero dolor de cabeza. El Dicamba ya casi no tiene nada que envidiarle al glifosato.
Este mes se registró un período récord de comentarios públicos en Arkansas con respecto a la prohibición propuesta. Hubo aproximadamente 27 mil comentarios a favor de una prohibición, alrededor de 400 en contra y un millar sin criterio definido, según el Departamento de Agricultura de Arkansas.
Soria nos envía una muestra de las declaraciones hechas por los agricultores de Arkansas al Directorio de Plantas justo antes de que este emitiera su voto:
Karen Hawkins, agricultora y hermana del granjero Mike Wallace, que murió por un “conflicto Dicamba” con otro granjero, dijo durante la audiencia pública: “Mike era un hombre increíble y un granjero que fue asesinado a tiros por otro granjero en una disputa sobre Dicamba. Alrededor de 80 acres de nuestros cacahuetes (maní) fueron dañados este año. Tuvimos que plantar a la defensiva y usar plantas resistentes a Dicamba. No es fácil, pero todos y cada uno de los agricultores tienen derecho a plantar los cultivos y las variedades de semillas que elija. Esto no es solo un problema de Monsanto. Esto no se trata solo del ingreso de los agricultores. Se trata de cómo nosotros, como seres humanos, tratamos a otros seres humanos. Apoyo totalmente la recomendación del Directorio de Plantas”.
David Wildy, un agricultor en Manila (en ese mismo estado), que cultiva soja, algodón, maní y otros cultivos, y fue nombrado agricultor del año en Arkansas en 2016, dijo durante la audiencia pública: “Hemos resuelto muchos problemas en la agricultura. Sin embargo, este es el problema más controvertido y complejo en mis 44 años de agricultura. Estoy consternado de que la industria nos traiga una tecnología que ha causado tanto daño. No podemos tolerar una tecnología que no podemos cumplir (…) Dígame, ¿quién se hará responsable del daño que ha causado este producto? He experimentado un daño grave en mi granja. ¿Quién se hace responsable por el daño de este producto? Tenemos un problema grave… algo está mal”.
Scott Everett, un agricultor del condado de Woodruff en Arkansas, dijo durante la audiencia pública: “Dicamba es demasiado volátil como para pensarlo. La gente como yo tiene que plantar frijoles Dicamba (semillas resistentes) para evitar los daños, porque sabemos que una granja vecina va a plantar frijoles dicamba. La volatilidad está ahí y esto enfrentará al vecino con el vecino. Es como poner una serpiente de cascabel en tu casa para controlar a los ratones. ¿No hay una mejor manera? ¿No tenemos una mejor trampa para ratones?”
El propio Soria, vocero de Avaaz, presente en la audiencia, dijo: “Arkansas acaba de darle un ejemplo para el mundo. Monsanto ha intimidado a los agricultores que hablan en contra de Dicamba, sofocando la ciencia crítica. Ahora incluso están demandando a los gobiernos para asegurarse de que no regulen, sin importar el daño que causa a las plantas y a las personas. Hoy fracasaron”.
Dicamba es un herbicida usado durante décadas, pero recientemente se lanzó al mercado en una nueva tecnología para matar las malezas en los campos sembrados con soja y algodón resistente al producto de Monsanto. Pero se ha comenzado a criticar mucho la volatilidad del agroquímico, que inevitablemente daña a la mayoría de las plantas que no están genéticamente modificadas para resistirlo.
Científicos de la Universidad de Arkansas han presentado una abrumadora evidencia de que el herbicida puede volatilizarse durante el clima cálido y viajar, dañando las plantas que no están genéticamente modificadas. El estudio también encontró evidencia de daños adicionales, como la disminución de la producción de miel.
La controversia en Arkansas alcanzó su pico cuando el granjero Mike Wallace fue asesinado a tiros por otro agricultor después de quejarse por los daños causados por Dicamba, en octubre pasado. Se han lanzado 2.708 investigaciones sobre los impactos del Dicamba en todo Estados Unidos, según la Universidad de Missouri. Solo este año, los grandes estados productores de soja como Missouri, Illinois y Arkansas, tuvieron el equivalente a 4 años de quejas relacionadas con ese producto. Tennessee, Minnesota y Iowa también registraron casos.
Ahora Arkansas se encuentra entre los primeros gobiernos en considerar la prohibición del herbicida. Si sus legisladores votan para prohibir el uso excesivo de Dicamba durante las temporadas de siembra de verano y primavera, podría sentar un precedente para los agricultores en los EE.UU. y en países como Brasil e India, donde el polémico producto también está en uso.