La Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC) difunde cada inicio de mes, desde la reimplantación de las retenciones y la obligatoriedad a las empresas del sector agroexportador de liquidar sus divisas dentro del país al tipo de cambio oficial, el nivel de flujo de dólares ingresado por el sector.
El informe de agosto de 2024 no será recordado por nada en particular, pues no mostró ni un bajo nivel de liquidaciones ni una abundancia de negocios: las empresas del sector liquidaron la suma de 2.451 millones de dólares, con una suba del 40% en relación al mismo mes del año 2023 (cuando había una fuerte sequía) y una baja del 6% en relación al mes de julio de 2024.
Según el habitual comunicado de Ciara-CEC, “si comparamos los primeros ocho meses de este año con el año previo, la suba es del 9.4%”, ya que en el acumulado de los ocho primeros meses del año ingresaron al país por sus exportaciones de granos y derivados unos 16.091 millones de dólares.
“El ingreso de divisas del mes de agosto es el resultado del régimen de dólar exportador vigente desde diciembre de 2023, de los precios internacionales, del impacto del clima y plagas sobre el ritmo de cosecha de maíz y soja y de la relación de costos de insumos y granos. La exportación de granos y de productos de la industria aceitera sigue condicionada a un ritmo moderado de ventas y fijaciones”, fue la escueta explicación de la cámara agroindustrial.
El complejo oleaginoso-cerealero, incluyendo al biodiésel y sus derivados, aportó el año 2023, el 50,1% del total de las exportaciones de la Argentina, según datos del INDEC. El principal producto de exportación del país es la harina de soja (12% del total), que es un subproducto industrializado generado por este complejo agroindustrial, que tiene actualmente una elevada capacidad ociosa cercana al 70%. El segundo producto más exportado el año pasado, de acuerdo con el INDEC, fue el maíz (11 %) y el tercero fue el aceite de soja (6,9%).