“Lo que hacernos es rearmar la biodiversidad que nosotros mismo hemos destruido”. Esta es la misión que se ha impuesto Gastón Crauchuk desde un laboratorio del ISCAMEN, el Instituto de Sanidad y Calidad Agroalimentaria de Mendoza. El técnico en ciencias naturales es todo un apasionado de los insectos y pasa las horas multiplicando los llamados “benéficos” para que luego, liberados a campo, actúen como controladores de plagas dañinas.
Insectos que controlan insector. La base del llamado control biológico de plagas.
Si bien la pasión de Gastón por los insectos es una historia que lleva 30 años, que comenzó con su ingreso al Instituto provincial, donde actualmente desempeña el cargo de coordinador del Área de Agroecología, no fue hasta el 2008 aproximadamente que pudo materializar su deseo de comenzar a conquistar “el mundo de los parasitoides”. A diferencia de un parásito, lo que hacen estos bichos es eliminar al hospedero, poniendo un huevo dentro o fuera de la plaga. El especialista está convencido que acá está el futuro de los controladores biológicos.
“En realidad, en el mundo conocemos el 1% de los insectos que existen. Para cada plaga existe un controlador en la naturaleza que se ha perdido con el tiempo por nosotros mismos. Por el desequilibrio que hemos hecho, por el exceso de uso de agroquímicos o lo que sea. La culpa del ser humano es real. Así que lo que hacemos es algo muy chiquitito, pero colaboramos con el medio ambiente.”
Así de convencido de su responsabilidad con la agroecología, incluso hasta con un dosis de culpa por los años que no tuvo conciencia al respecto, Crauchuk desde el especio de un laboratorio insiste en reproducir estos insectos -con una función especial dentro del ecosistema- para entregarles a los productores de forma totalmente gratuita.
“En esta época se está tomando conciencia a nivel mundial y esto se está usando en todo el mundo. Acá en Mendoza lo que hacemos es tratar de armar esa biodiversidad y el equilibrio ecológico que a lo mejor se perdió durante algunos años”, explicó Gastón, quien trabaja de “una forma muy artesanal” y con el firme propósito de ir disminuyendo el uso de agroquímicos para el control de plagas.
Mirá la entrevista completa acá:
“Cuando fabricamos insecto, estamos rearmando o reemplazando lo que hacía un agroquímico hace unos año atrás. Hoy la cultura orgánica, biodinámica o permacultura está de moda por una cuestión de conciencia”, amplió el especialista.
Para Crauchuk, remplazar insecticida por estos controladores biológicos, es una forma de armonizar el ambiente, para que puedan convivir plagas e insectos. Bien sabe que las plagas no se erradican totalmente y que el objetivo es lograr un manejo de estas, para disminuir las pérdidas que significan estragos económicos para el productor.
¿Cómo se logra esto? “Se tiene que lograr el equilibrio y convivir con todos los insectos. Es que estos no le hagan daño a las planta, pero que a la vez se alimenten y convivan con la plaga. En definitiva que convivan todos. Todo esto le enseñamos al productor, a manejarse por debajo del umbral de daño económico”.
-Dijiste que en algún momento le entregan los bichos al productor. imagino que para esto se necesiten ciertos requisitos ¿Exactamente cómo se hace?
-En realidad lo que hacemos es una serie de capacitaciones con el área de difusión que armamos unas 27 capacitaciones donde está el diseño, el huerto, el compostaje, las trampas, cuáles son los insectos que identificamos, cuál es una plaga, cuál un controlador. Todas esas técnicas se las brindamos al productor y después de que aprendió a hacer todo esto, le damos los insecto para que ya tenga el hábitat donde vivir, porque si no nosotros se lo damos y no van a tener donde vivir. A lo mejor hay productores que lo reciben, lo liberan y no tienen una flor donde comer. Necesitamos armar los corredores biológicos y todo el ecosistema.
Por supuesto que en el diálogo Gastón Crauchuk, verdadero apasionado del mundo de los insectos, con este medio, no podía faltar una reseña sobre los insectos que multiplica. Fue así que conocimos otra faceta de la mantis religiosa, por ejemplo.
“Tiene una mala publicidad la mantis, porque se le decía ‘mata caballo’. Pero en realidad cuando iba arriba de un caballo era porque estaba comiendo las mosquita que tenía el caballo. En realidad esa es la historia. A la mantis nosotros lo usamos para control específico de insectos grandes. La mantis religiosa es uno de los mejores controladores, porque es un aliado nuestro para cuando hay un ataque de langosta o de tucura porque puede llegar a comerse diez veces su tamaño, así que es una herramienta genial”, explicó.
-Por ejemplo en una finca vitivinícola, hay un ataque de insectos grandes, no quieren echar agroquímicos y recurre a ustedes ¿Sería una alternativa?
–Exacto. Tienes la chinche verde, una plaga que a lo mejor no puedes controlar con agroquímicos y la mantis que es grande, se puede comer a la chinche verde perfectamente. Nosotros tenemos a las mantis desde las tecas, que así se llaman los huevos. De ahí nacen, cuando van creciendo, después de dos o tres semanas la empezamos a liberar. Otras la dejamos para multiplicar.
Al igual que la mantis, otra sorpresa fue conocer sobre la eficiencia de la vaquita de San Antonio para controlar otras plaga. “La usamos porque es un excelente controlador, como adulto puede llegar a comer entre 250 y 300 individuos diarios. Come generalmente pulgones, pero puede comer cualquier tipo de plaga. Una vaquita puede llegar a poner 8 millones de huevos al año, que pueden armar una biodiversidad bastante completa. Cuando liberamos vaquita, nosotros liberamos el estadio huevos y ellos van haciendo su trabajo.
-Con los agroquímicos, siempre tenés que hacer una nueva aplicación. ¿En este tratamiento si tenés una buena biodiversidad el insecto queda ahí y se estabiliza el ambiente?
–Sí, por eso nosotros también enseñamos a hacer reservorios, porque en invierno se pasan escondidos. Entonces le enseñamos hacer el hotel de insecto, que está en todas las plazas de Mendoza. ya sea por lluvia, por clima o por lo que sea se resguardan y después siguen el ciclo.
-Entre los parasitoides que están reproduciendo ¿Cuáles son los más importante?
–Tenemos varios parásitos, pero justo la Diachasmimorpha longicaudata, lo que hace es controlar a la mosca del Mediterráneo. Es un insecto de agujón doble y realmente muy interesante porque lo que hace es rastrear la fruta cuando la liberamos y por el olor de la fruta, la vibración, encuentra a la larva adentro, atraviesa la cáscara y le pone un huevo dentro de la larva. Este es parasitoide, no solamente es de la típica de la mosca del Mediterráneo sino de otras moscas también de los frutos.
Por otra parte está la crisopa, un insecto muy similar a una libélula. “Es más inofensivo durante la etapa adulta, porque come polen y miel, pero la larva puede llegar a comer 800 pulgones diarios o cualquier tipo de individuos diarios, de a 60 por hora. Es el que más come en la biodiversidad. Nosotros tenemos una cría muy grande en toda la provincia. Creo que tenemos más de 1 millón de huevos semanales”.
-¿Cómo se liberan estos insectos que han creciendo en el laboratorios?
-Estamos liberando en plazas y en zonas urbanas. La otra forma es la que está usando el resto del mundo y nosotros vamos a implementar ahora, es con drones y se libera por arriba de la casa donde hay frutales. Entonces por Google Maps sabemos donde están todos los frutales y ahí es donde se libera.
Usualmente estos “insectos superhéroes” se entregan al productor de forma gratuita ya que el programa pertenece al gobierno mendocino. Gastón, que añora aquellos inicios cuando “el barro le daba hasta las rodillas” mientras iba concientizando a cada productor sobre el uso de estos controladores biológicos, celebra la continuidad de este esfuerzo oficial. Hoy no dan abasto para responder a la demanda de los productores mendocinos. Y eso a pesar de que estos insectos suelen reproducirse rápidamente.
“Tenemos un grupo de extensión y está capacitado que ellos mismos lo van acompañando al productor todo el tiempo. Es todo gratuito desde la provincia. Y ya no damos abasto. Por eso estamos haciendo otros laboratorios satélites tenemos en toda la provincia. Hay gente que está tomando conciencia del calentamiento global. Esto colabora mucho a la fijación de carbono y todo eso, y hay mucha gente que está tomando conciencia y acompañando en esto de comer sano”, explicó el criador de bichos.
Genio!!! Ojalá lleguemos a hacer eso en Santa Fe!!
Felicitaciones!!!! Este es el.camino!
Hola. Quisiera tener tu contacto por favor. Saludos desde Mardel Tito.