La transferencia automática a las provincias del multimillonario Fondo Especial del Tabaco (FET) solo espera el visto bueno del Ejecutivo y su promulgación para entrar en funcionamiento. La reforma del artículo 2 de la Ley 25.465, perseguida por los legisladores de las provincias tabacaleras con el apoyo de empresarios y productores, asegura que la transferencia de lo todo lo recaudado con cada venta de un paquete de cigarrillos no pase más por las manos del Ministerio de Agricultura sino que vaya directo a las provincias.
Sin intermediarios, se repartiría así la friolera de unos 16.000 millones de pesos, que es lo que se espera recaudar al cabo de 2020. El total de impuestos recaudados por la venta de cigarrillos es más de 200 mil millones de pesos al año. Del total de recursos que se destinan al FET, el 80% es destinado a los productores y el 20% queda en manos de los gobiernos provinciales.
La modificación de una modalidad de distribución que lleva décadas, desde que en los años 70 se instauró el FET y se colocó como autoridad de administración de los fondos al Ministerio de Agricultura, ha sido incorporada como un artículo de la reciente Ley de Presupuesto 2021. Las provincias tabacaleras del norte aspiran así a mejorar los tiempos en que se realiza el reparto de semejante masa de dinero.
Pero para José Vilariño, el flamante coordinador del FET por parte del gobierno nacional, esta modificación puede ser peligrosa e incluso un retroceso para los productroes tabacaleros.
“Mañana cambian las condiciones económicas del país y le meten un manotazo. Viste como se solucionan los problemas en este país. Con la ley anterior (el Fondo del Tabaco) estaba más protegido. Ahora al ponerlo en el Presupuesto va al tesoro nacional y queda sujeto a una discrecionalidad del poder de turno”, dijo el funcionario a Bichos de Campo. Vilariño es un dirigente político del peronismo de Salta, que se desempeñó como diputado nacional hasta fines de 2015. Aunque ocupa el puesto desde hace varios meses, recién este martes se conoció su nombramiento como responsable del FET.
Salió la designación, desde agosto pasado, de José Antonio Vilariño en el cargo de Coordinador de Tabaco. Manejará un presupuesto millonario del FET por lo menos hasta que se definan las transferencias automáticas a las provincias.https://t.co/WXLrbcExUQ
— Matías Longoni (@matiaslongoni) November 24, 2020
Los temores que expresa Vilariño se apoyan en situaciones ya sucedidas en la larga historia del Fondo del Tabaco. Hubo ocasiones en que las provincias que producen tabaco acordaron en el Congreso defender esos recursos cuando se vieron amenazados por las necesidades de caja del gobierno federal. Incluso es recordada una gran pueblada tabacalera en tiempos del ex ministro Domingo Cavallo, que directamente quería eliminar el FET.
El Fondo del Tabaco se conforma a partir de los ingresos que genera la misma actividad en su último eslabón: recauda un 7,35% del precio total de la venta de cada paquete de 20 cigarrillos más un componente que se actualiza en forma semestral. En 2019 fueron 11.687 millones de pesos y en lo que va de 2020 se han superado ya los 13.700 millones de pesos, que equivalen a unos 68 millones de dólares al tipo de cambio oficial promedio.
Esta enorme masa de recursos, que a partir de 2021 serían girados directamente a las provincias sin la intermediación de las autoridades del Ministerio de Agricultura, va sobre todo orientada a compensar los precios percibidos por los productores de la hoja pero también se destinan a programas de “reconversión” tabacalera, obras sociales y otros gastos vinculados a la economía tabacalera. Se trata de la única actividad agropecuaria que recibe subsidios en la Argentina.
Aún con esa inquietud de que se reanuden los embates de los gobiernos sobre el FET, el coordinador nacional aseguró que acompaña la decisión de las transferencias automáticas en tanto se agilicen los mecanismos -que este año tuvieron algunas dilataciones producto de la pandemia-, aunque no cree que los plazos para el cobro del dinero por las provicias mejoren de manera exponencial.
“La operatoria puede tener un tiempo más rápido, pero no tanto. Cada provincia tiene historias organizativas distintas. Hay provincias que son más ordenadas desde el punto de vista administrativo y sus proyectos corren con más ligereza. Otras no tienen la capacidad organizativa por la escala y pueden tener más problemas en la formulación de proyecto”, comentó Vilariño.
A pesar de que ahora las provincias reciban el dinero de modo más directo, el proceso de asignaciones seguirá siendo el mismo que hasta ahora, según aclaró el funcionario nacional: se deberá presentar un proyecto que será evaluado por las autoridades enmarcadas en el Ministerio de Agricultura, y una vez habilitados los fondos se realizarán análisis de rendimiento y auditorías.
“Como toda norma o modificación de leyes hay que verlo caminar. A veces el legislador diseña una cosa en la norma y luego cuando lo van a ejecutar, vemos falencias y no se cumple el objetivo”, afirmó el director nacional de Tabaco.
“El objetivo es buscado por el sector, acompañado por los legisladores de las provincias y esperemos que eso se plasme con mejoras en la disponibilidad de los fondos en tiempo y forma. Si ellos creen que es un mecanismo que puede agilizar, enhorabuena”, concluyó Vilariño.