La mayor parte de las miradas en el mercado internacional agrícola están usualmente posicionadas en China. Sin embargo, Asia cuenta con otro gigante que puede llegar a tener un rol relevante en los próximos años.
Estamos hablando de India. La primera señal del poder transformador de esa nación llegó en el ciclo 2021/22 cuando, luego de agotar de manera inesperada sus reservas internas de harina de soja, el gobierno debió habilitar el uso de granos transgénicos para autorizar la importación de grandes volúmenes de harina de soja (parte de la cual fue provista por la Argentina).
El gobierno de India luego logró –a fuerza de políticas intervencionistas– que el país recuperase el autoabastecimiento de harina de soja. Sin embargo, el país más poblado del mundo, que cuenta con más de 1430 millones de habitantes, podría volver a dar una sorpresa de la mano del maíz.
“La producción avícola en la India ha dado un gran salto en las últimas cuatro décadas al pasar de granjas convencionales a módulos de producción comerciales con alta incorporación de tecnología”, explicó a Bichos de Campo Ricky Thaper, tesorero de la Federación Avícola de India.
La producción estimada de huevos en India pasó de 78.480 millones en 2014/15 a 138.380 millones en 2022/23, mientras que la de carne aviar en ese mismo período evolucionó de 6,69 a 9,77 millones de toneladas.
“El aumento de los ingresos medios y de la población urbana en India provocó un tremendo incremento de la producción de huevos y carne aviar a lo largo de los años”, remarcó Thaper.
El consumo de carne aviar, que se concentra en el sur y el este del país, se encuentra en torno a 5,0 kilogramos per cápita por año y se espera que suba hasta 9,0 kilos hacia 2030.
“Además de la harina de soja, el sector avícola también utiliza el maíz como ingrediente clave. Al respecto, el objetivo del gobierno de producir bioetanol a partir de maíz en lugar de caña de azúcar puede llegar a provocar un déficit de suministro interno a partir de la creciente demanda tanto del sector avícola como de las fábricas de biocombustibles”, alertó.
“India necesita permitir las importaciones de maíz, además de centrarse en aumentar la producción nacional del cereal, ya que la demanda de los sectores avícola y de biocombustibles está aumentando constantemente”, añadió.
Si bien India no está en el “mapa” de variables que hacen a la conformación del sistema de formación de precios del maíz en el mercado global, se trata de un mercado para seguir de cerca porque, tal como sucedió en 2021/22 con la harina de soja, puede llegar a presentar una sorpresa en el caso del maíz.