DeepAgro es un emprendimiento argentino que, utilizando la Inteligencia Artificial (IA) y a través de sensores ubicados en las alas de la pulverizadora, permite detectar las malezas dentro de un cultivo para realizar sobre ellas aplicaciones selectivas de herbicidas. “Permite ahorrar 70% de agroquímicos dependiendo de la cantidad de maleza que haya en el lote, generando así un impacto menor en el medio ambiente”, explicó Juan Manuel Baruffaldi, uno de los cinco fundadores de la empresa.
Licenciado en ciencias de la computación de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Juan Manuel contó a Bichos de Campo que el desarrollo se basa en “usar cámaras RGB, por ejemplo, de espectro visible, y hacer una identificación por medio de morfología y de distintos algoritmos de IA, enseñándole a la computadora qué es una maleza y qué es un cultivo”.
Mirá la entrevista completa a Juan Manuel Baruffaldi:
“Trabaja parecido a los sistemas de cámaras de seguridad, sólo que en este caso las cámaras se colocan en el ala del equipo pulverizador. Ahí tenemos conectados los picos electrónicos; entonces cuando esa cámara identifica la maleza, envía rápido la señal para abrir el pico y sólo aplicar el agroquímico sobre la maleza”, describió el joven emprendedor.
La empresa, compuesta por desarrolladores, ingenieros y diseñadores, nació en Casilda, Rosario, zona por excelencia de contratistas ávidos de este tipo de avance, sobre todo si se trata de ahorrar en uso de insumos.
Baruffaldi remarcó que el desafío de este implemento no subyace sólo en la IA en el agro, sino también en “utilizar un dispositivo embebido en el medio del campo, donde no hay conexión a internet, y que funcione en tiempo real, a una velocidad de trabajo razonable”. Hoy en promedio la máquina puede avanzar y hacer efectivamente este reconocimiento a una marcha de 15 kilómetros por hora, pero en DeepAgro están haciendo ensayos para subir esa velocidad a 18 kilómetros.
Según Baruffaldi, sus equipos permiten, en una misma pasada, usar varios tanques con diversos productos para que cada uno se aplique sobre la maleza que corresponda.
“Se trata de aplicar el producto químico solo en el lugar que corresponde, y de poder hacer una aplicación puntual en esa maleza y no una mezcla; es decir, si tenemos un producto específico para yuyo colorado, aplicar ese producto sobre el yuyo colorado, y en una gramilla, aplicar producto para gramilla”, puntualizó.
Acerca de qué tan rápido podría difundirse esta tecnología, Baruffaldi explicó: “Tenemos un grado avanzado de desarrollo. Este año estamos trabajando con instituciones puntuales y apuntamos a salir más fuerte en lo comercial el año próximo. Competiríamos con otras tecnologías de sistemas de pulverización dirigida para lo que es barbecho, como los de Weed It, sólo que nosotros abarcaríamos no sólo barbecho sino también cultivos emergidos”. Esa es la aspiración de estos jóvenes: poder diferenciar malezas dentro de un cultivo desarrollado.
Dentro del gran abanico de malezas que hay en la Argentina, donde existen 36 biotipos y 20 especies de malezas resistentes a cuatro familias de químicos diferentes, como el glifosato por ejemplo, Baruffaldi aseguró que “trabajamos en todo el abanico de detección de todas las especies vegetales y en todo el lote”.
Cree que la Inteligencia Artificial dedicada a este tema no encontrará límites a futuro: “Hoy hacemos reconocimiento de malezas, pero mañana trabajaremos con enfermedades, detección de daño o calidad de cultivo”, prometió.