Desde hace algunos años el carbono empezó a concentrar una buena parte del debate en torno al calentamiento global, el cambio climático y el rol del sector agropecuario.
Si bien este tópico está hoy en día en boca de todos, el protagonismo fue creciendo, dado que la agricultura se posiciona hoy como un mitigador de los efectos de los gases de efecto invernadero .
Es que las plantas poseen la capacidad de tomar algo del carbono excedente en la atmósfera. y almacenarlo en el suelo, y que a futuro eso sea usado por las plantas, tal cual se debatió y aprendió durante el pasado congreso de Aapresid, la asociación de productores de siembra directa, que directamente decidieron llamar al encuentro: “C”, en clara alusión al elemento Carbono.
En el encuentro de productores, donde suelen asistir los que están a la vanguardia de los debates productivos y tecnológicos, Bichos de Campo visitó al gigante del agro Bayer, para conocer qué es lo que están haciendo las grandes compañías en este tema, que rol cumplen.
Según cuentan desde la compañía, Bayer desarrolló el programa Pro-Carbono, que reúne a un centenar y medio de productores y brinda algunos aspectos técnicos interesantes.
“El carbono es el componente que construye toda la vida. Y además en el sector agropecuario es el que representa la fertilidad de nuestros suelos. Los suelos que tienen más carbono son mejores, tienen más capacidad de producir y de producir alimentos” dijo Beltrán Galo Benedit, miembro del equipo comercial de Bayer.
El programa hasta el momento ha logrado captar la atención de 165 productores en todo el país exactamente, dispuestos a optimizar su productividad. La iniciativa propone básicamente aumentar la retención de carbono en el suelo, mediante prácticas agrícolas sustentables y mitigar los efectos del cambio climático, que ha modificado las prácticas agrícolas, obligando al productor a innovar.
“Nosotros tomamos el compromiso de participar en generar programas y prácticas que ayuden a mitigar ese cambio climático y ese calentamiento global” asegura Beltrán Galo en conversación con Bichos de Campo
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– ¿Cómo es esta relación con los productores? ¿De qué forma se da concretamente?
– Este programa de carbono busca aliarse con productores y con la industria para promover e impulsar prácticas con los productores que se enfoquen en aumentar la productividad de los cultivos, aumentar la captura de carbono en el suelo, de la mano de esos cultivos y reducir las emisiones. Es decir, reducir cuánto genera ese calentamiento global.
-¿Específicamente dónde se realiza? ¿Dónde están localizados estos productores, dónde se nuclea? ¿Qué tipo de productores son los que están asociados a Bayer?
– Bueno, todo el proceso de Pro Carbono inició ya hace algunos años en Pergamino con un ensayo en franjas, donde nosotros generamos los conceptos de estas prácticas que hoy estamos llevando a los productores. Lo que buscábamos ahí era entender diferentes sistemas agropecuarios y cuáles eran las prácticas que tenían más impacto en estos tres pilares que decíamos captura de carbono, emisiones y productividad. De ahí definimos conceptos. Esos conceptos primero lo llevamos a 50 lotes con productores en todo el país. Con ese ajuste llegamos después a todo el programa comercial. Hoy tenemos 165 productores en toda Argentina. Esas recomendaciones, esas prácticas ajustadas a las distintas regiones.
Bayer, ha sido pionera en el uso y aplicación del carbono en el agro y hasta la fecha cuenta con nueve investigaciones con las cuales ha podido constatar la eficiencia del programa y así lo comunicaron en el marco del Congreso Apresid. “Los resultados son contundentes: se obtuvo un aumento del 21% en la productividad y una reducción del 69% en el balance de carbono, en comparación con el manejo promedio de la zona.”
-¿Cuáles son algunos de los ejemplos de las prácticas que los productores pueden tomar para aumentar la captura de carbono en los suelos de su campo?
Hay dos tipos de prácticas. Por un lado, unas prácticas que van más allá de un cultivo específico, es decir, que no piensan en un cultivo en particular, sino que van al ciclo productivo y a cómo el productor produce. Por un lado, mantener una siembra directa, sembrar en el suelo sin remover el suelo. ¿Por qué no queremos arar y remover el suelo? Porque de esta forma nosotros perdemos el carbono que ya tenemos en el suelo.
Otra de las prácticas es buscar tener el suelo vivo, con cultivos vivos, desarrollándose la mayor parte del año. Tener plantas que capturan ese carbono de la atmósfera y lo meten en el suelo. Originalmente o comúnmente, hacemos un cultivo por año, y en algunos casos dos. Eso nos deja la mitad del año, por lo menos sin oportunidad de capturar carbono de la atmósfera y meterlo en el suelo.
-Un productor imagino que a futuro pueda ganar más con estas prácticas pro carbono y siguiendo un cronograma técnico, vendiendo ese bono de carbono.
– Un bono verde es el acceso al mercado de un productor en función de cuánta variación de carbono tiene en el suelo. Pongámoslo de esta forma un productor, por la forma que produce, gana o pierde carbono del suelo. Un bono representa una tonelada de carbono en el suelo acumulada en los primeros 30 centímetros de suelo.
Con el reto de llegar al mayor número de productores, el programa también se ha trazado como meta insertarse en los agronegocios, generar un mercado del carbono. Ante la exigencia propone trabajar en conjunto con instituciones como el INTA, INTI, la Facultad de Agronomía, el CONICET y otros para eliminar las barreras científicas del uso del carbono en la agricultura, dieron a conocer sus representantes en Aapresid.
“Este sistema, que tiene más carbono te da más estabilidad en los rendimientos. Es decir, tal vez no maximiza hoy mi rendimiento, pero en la campaña siguiente, que tengo una sequía, no se me va a pique, sino que logro estabilizar los rendimientos a lo largo del tiempo. Y eso para las empresas agropecuarias y para todo tipo de empresas, tener mayor previsibilidad de lo que va a suceder, y de cómo se va a comportar ese campo es clave para todos los análisis financieros y entonces poder tener una mayor flexibilidad, previsibilidad, estabilizar los rendimientos a lo largo del tiempo, que es un factor clave y que ayuda mucho”, afirmó Galo Benedit, especialista de carbono de Bayer.