Las exportaciones de carne vacuna están repuntando en volumen y en precios. Por esa razón, todo está dado para que este año se establezca un nuevo récord.
Entre enero y septiembre se despacharon 700.000 toneladas res con hueso, mientras que para octubre se estima que las ventas al extranjero no fueron inferiores a las 90.000 toneladas, gracias a la mayor demanda de China y Estados Unidos, que además mejoró los precios percibidos por los frigoríficos.
Suponiendo que en el último bimestre los volúmenes sean similares o algo inferiores a los de octubre, el resultado final sería una exportación no menor a las 950.000 toneladas y con posibilidades reales de llegar al millón. Según la estadística de la Secretaría de Agricultura (que recientemente fue revisada excluyendo del cómputo los huesos con carne), el último récord corresponde a 2020, con unas 885 mil toneladas embarcadas. En 2023 se exportaron unas 850 mil toneladas. Y en divisas, el mejor registro sucedió en 20920, con 3.289 millones de dólares.
Las condiciones de competitividad interna del negocio no mejoraron significativamente en los últimos meses. La ventaja que se obtuvo con la quita de retenciones en las exportaciones de carne de vaca y la reducción para la de novillos se la comió el retraso cambiario.
Para fortuna de los frigoríficos que venden al exterior, al poco tiempo se despertó la demanda mundial. Estados Unidos surgió como importador fuerte, ya que entró en fase de retención de hacienda; Brasil redujo su oferta exportadora por el mismo motivo, y China no tuvo otra alternativa que competir y pagar más.
En las últimas semanas los precios de la carne que se vende a China mejoraron 15/20%, pero también se vende más a Estados Unidos, ya sea dentro y fuera de la cuota de 20.000 toneladas que habilitó para las empresas argentinas. A la par, hay negocios con otros destinos como la Unión Europea a buenos precios.
Pero lo mejor parece que está por venir, según indicaron referentes de este negocio, ya que hay nuevas misiones comerciales que abrirían el abanico de oportunidades comerciales en nuevos destinos.
Por ejemplo, desde este martes y hasta el 10 de noviembre se va a realizar la China Internacional Import Expo, feria comúnmente conocida por sus siglas CIIE. Allí habrá una vez más una fuerte presencia de exportadores argentinos y del IPCVA, el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina.
El secretario Coordinación de Producción, que también se dedica al negocio de las inversiones ganaderas, Juan Pazo, estará presente en la muestra tal como lo hizo en la reciente SIAL de París, de la que también participó la secretaria general de la presidencia Karina Milei.
“Es muy importante la visita de Pazo y la buena relación que estamos teniendo con los funcionarios. El cambio respecto de otras gestiones de gobierno es para destacar y es una señal del rumbo que tiene el gobierno”, dijo uno de los referentes de la exportación de carne vacuna.
Las expectativas están en la CIIE pero sobre todo en lo que viene después. Tras la muestra se vienen varias misiones comerciales a importantes destinos asiáticos. La primera es en la propia China. Se espera que se autoricen nuevas plantas frigoríficas y que se termine de poner en marcha el protocolo de menudencias.
Lo importante ahí es el mondongo y el librillo. El mondongo es una menudencia pesada que vale 5000 dólares la tonelada, mientras que la toneladas de librillo está en 8.000 dólares. El arancel para entrar a China es de 12%.
Otro mercado que será visita de empresarios y funcionarios es el de Japón, que por ahora sólo está abierto para la carne vacuna de la Patagonia donde no se vacuna contra la fiebre aftosa. Se espera avanzar en este mercado y se sueña con su apertura.
Se trata del tercer mayor importador mundial de carne vacuna. Según el USDA importa 720 mil toneladas al año. Pero allí habrá que transpirar: El arancel que paga la carne argentina por entrar a ese mercado es de 38%, cuando la australiana paga 12%.
También hay una visita próxima de las autoridades argentinas a Indonesia que lleva un producto similar al que se vende a China. Aunque se trata de un mercado de poco volumen, siempre es una alternativa más que ayudaría a reducir la dependencia del gigante asiático.
La cuarta ficha está puesta en Filipinas. En las próximas semanas se recibirá una visita sanitaria de las autoridades de ese país para la apertura de nuevas plantas.
Finalmente, los exportadores esperan poder avanzar en la ampliación de la cuota de carne a los Estados Unidos. El cupo por ahora es de 20.000 toneladas y el arancel del 26,4%. Los precios de lo que compró en el último mes mejoraron tanto que a pesar de la tasa para entrar que se calcula sobre el costo del producto puesto en destino a las empresas argentinas les conviene más que mandar a China, donde el flete es más largo.