El año pasado la seca le pegó duro a la producción de granos y parecía que no podía haber un escenario peor. Pero en este nuevo periodo los bajos precios y el impacto de la chicharrita en el maíz hacen lo suyo y complicaron severamente las cuentas de los agricultores.
“Yo te diría que esta campaña es peor que la del año pasado a pesar de que la producción es mucho más normal, sacando el caso del Spiroplasma en el maíz, porque no hay negocio financiero”, evaluó el analista Diego de la Puente de la consultor Nóvitas.
El especialista agregó que “el año pasado tuvimos la mitad de la cosecha de soja, la mitad de la cosecha de trigo, 33% menos de maíz., Tendría que haber quedado el tendal (de productores) y no pasó eso porque en el medio hubo una devaluación importante y el productor se financió en pesos y a tasas bajas, lo que hizo que el productor pudiera financieramente acompasar la situación productiva que fue muy mala”, indicó.
“Este año no tenemos esa situación, entonces bueno claramente los números están muy finitos”, comparó.
Escuchá la entrevista con Diego de la Puente:
En este nuevo escenario, de cara a una cosecha de soja y maíz que está en pleno proceso, falta financiación, el gobierno descarta una devalución y la producción -pese a mejorar- tampoco es la esperada el agricultor, cuando hay que comenzar a definir los planes de siembra del ciclo 2024/25.
En este escenario, según la visión de De la Puente, “el agricultor dice ´voy a tratar de sacarle el jugo lo máximo que pueda y por eso voy a vender contra necesidad, después voy a esperar a ver si estos precios en algún momento del año dan una mejor oportunidad de venta'”.
“Obviamente que un productor en campo propio puede esperar mucho más tiempo que un productor en campo alquilado, pero bueno: se trata de hacer todo lo posible para que ese productor tenga la posibilidad, entre comillas, de elegir un mejor momento para poder ponerle precio a su producción. Aquellos que no pueden esperar, que tienen que vender si o si”.
En este contexto los productores tienen que trabajar en ser los más eficientes puertas adentro y tratar de achicar al máximo la estructura de costos.
“Dejamos de tener un negocio agrícola netamente financiero, como lo fue hasta el año pasado, cuando uno podía sacar un crédito para sembrar a una tasa, luego se devaluaba, ponían un dólar soja o un programa de incremento exportador, y uno terminaba zafando y tapando alguna ineficiencia productiva o comercial”, insistió el analista de Nóvitas.
“Este año hay que ser más eficientes productivamente, más eficientes comercialmente. Sin duda que el productor va a intentar hacerlo sin resignar por ahí el rendimiento y por lo tanto tiene que ver bien donde puede ajustar costos”, prosiguió.
La falta de rentabilidad, los altos costos y la necesidad de cuidar el dinero hacen que los productores demoren la venta de maíz y de soja.
“La comercialización viene retrasada por varios factores. Una es que los precios no gustan. Estamos con valores muy parecidos a los que tuvimos a fin de la década del 90, a principios de los 2000. Lo que pasa es que nosotros lo miramos en términos nominales. Entonces una soja que en Chicago vale 430 dólares. Comparativamente es un precio alto en términos nominales pero cuando vos desglosás la serie te das cuenta de que son precios muy bajos. O sea, al productor el precio no le gusta”.
Por otra parte está la cuestión cambiaria. Rige un dólar “blend” para la exportación, el 80% de lo que se despacha se liquida al oficial y el 20% según la cotización del Contado con Liquidación.
“Entonces cuando vendés disponible, se cobra con ese dólar. Pero si vos vendés un forward no. Como se está cosechando ya se puede vender en forma disponible y eso movió la comercialización respecto a lo que venía siendo hace un par de semanas atrás. De todas maneras, hay poco vendido particularmente en el caso de la soja. En el caso del maíz, me parece que estos precios siguen sin gustar”, indicó.
Luego agregó: “yo miraría al segundo semestre con mejores ojos que al primero, sobre todo por el mercado climático de julio/agosto en Estados Unidos. Ahí puede haber una posibilidad de que mejoren los precios, porque los fondos salen a comprar. Por ahí podemos tener alguna alguna posibilidad mejor de la que tenemos hoy”, se ilusionó.
Respecto de la siembra de trigo, De La Puente afirmó que “los más importante hoy es la lluvia. Hay muchos lugares donde se va a sembrar porque hay buenas condiciones de humedad y eso se ve como una buena oportunidad para la implantación del cereal”.
La humedad en el suelo es clave pero también lo son los precios esperados a cosecha y los insumos necesarios para ello.
“Los precios están mejorando, hay valores a cosecha de 210 dólares por toneladas y los insumos están bajando, lo que genera un expectativa un poco diferente a la que había semanas atrás. El productor comienza ver qué hace y cómo le cierra el número. Sabemos que las campañas nunca terminan como inician”, dijo de la Puente.
Con un precio a cosecha de 210 dólares la ecuación todavía no es buena, aun si se contara con un buen resultado productivo, aclaró el especialista, quien además destacó el peso de los alquileres de campos sobre los árgenes agrícolas.
“Claramente el tema de alquileres tiene un peso muy importante en la ecuación tecnológica de la agricultura”, ya que en algunas zonas hasta el 70% de la superficie se hace sobre campo alquilado, indicó De la Puente.
A pesar de todos los problemas y dudas que presenta la campaña, en Nóvitas se espera que el producto haga trigo. Por un lado porque daría un mejor numero la combinación con soja y porque ir a maíz, luego del impacto de la chicharrita en esta campaña, sería muy riesgoso.
Cuando dicen “Dejamos de tener un negocio agrícola netamente financiero, como lo fue hasta el año pasado, cuando uno podía sacar un crédito para sembrar a una tasa, luego se devaluaba, ponían un dólar soja o un programa de incremento exportador, y uno terminaba zafando y tapando alguna ineficiencia productiva o comercial” significa que el gobierno peronista al que tanto odian permitía que se llenaran de dinero con la especulación.
Resulta que ahora tienen que “cuidar la plata, ser más eficientes productivamente, más eficientes comercialmente”. Por que no lo eran antes? No era que son el sector que más genera riquezas?
Están reconociendo que siempre fueron, son y serán los gordos acaparadores del dinero del estado, aunque el argentino no pueda comprar pan.
Tenemos los agricultores defendernos de los malos precios de nuestros productos, de la voracidad fiscal que nos asfixia, del clima errático, de los caminos desastrosos por donde no se puede sacar la cosecha
¡ TODO EN CONTRA TIENE UN PRODUCTOR AGROPECUARIO!
Si no fuéramos eficientes y competitivos ya hubiéramos desaparecido.
¡ Acaparadores de que !
No sabes lo difícil producir en Argentina.
Se nota estarías feliz con todos los productores fundidos. Esa es la meta de todo Kirchnerista.
Si no dan los numeros, no se alquila y se dedican a otra cosa.
O sera que siempre lloran? que nada es suficiente?
Y nunca los escuche decir que saquen las retenciones para pagar sueldos de 3 mil dolares como debe ser.