El Grupo de Recursos Naturales de la Estación Experimental Agropecuaria Corrientes del INTA viene siguiendo diversos indicadores ambientales que muestran una paulatina normalización en el territorio provincial luego de los grandes incendios de principios de 2022 y la pavorosa sequía sufrida. Un buen dato es que en este primer semestre de 2023 se quemaron “solo” 30.903 hectáreas (muy lejos del millón de aquel entonces), mientras que la superficie de agua cubierta viene recuperándose.
En este sentido, el informe del INTA destacó que “a fines de junio de este año, la superficie cubierta por agua en la provincia, alcanzó un total de 623.598 hectáreas, lo que representa el 6,9% de la superficie provincial. En comparación con la estimación de abril, que reportó una superficie de 566.052 hectáreas, se observó un incremento de 57.546 hectáreas”.
Claro que contra otras situaciones históricas falta mucha superficie húmeda por recuperar. En un periodo normal de lluvias, hace diez años, en noviembre de 2013, la superficie cubierta con agua había llegado a 3, 4 millones de hectáreas, y cubría casi 40% del territorio provincial.
Además estos encharcamientos responden a la pendiente natural del territorio más que a la vuelta de precipitaciones normales. “Del total de la superficie actual cubierta con agua la mayor parte corresponde a esteros y bañados (50,3%), seguido por la superficie que ocupan los ríos Paraná y Uruguay (32,0%). Las represas y tajamares, que en abril ocupaban 7.688 hectáreas, actualmente ocupan 9.734 hectáreas (1,6%)”, se precisó.
Y se añadió que, por otro lado, en mayo de 2023 se inició el monitoreo de capas de agua “colgadas” con freatímetros digitales–automáticos en el departamento Concepción. Los primeros datos en pastizales y sistemas silvo-pastoriles indican que la capa de agua muestra una fuerte relación con las precipitaciones y que “actualmente no se detecta la presencia de la capa de agua en estos sitios”.
Por otro lado, en borde del estero Batelito, la capa de agua se mantuvo relativamente estable en torno a 1,6 metros de profundidad desde mayo. Cabe aclarar que este incremento de agua, está lejos del 38% que se dan en épocas normales.
Mientras el agua avanza lento, el fuego retrocede. Durante el trimestre comprendido entre abril, mayo y junio, la superficie afectada por el fuego cubrió una superficie de 30.903 hectáreas, lo cual representa un 0,35% del total provincial. En lo peor de los incendios, en febrero/marzo de 2022, se llegó a tener incendios sobre 10% del territorio provincial.
Del área afectada por incendios en el primer semestre, se determinó que el 47% correspondía a malezales, abarcando un total de 14.548 hectáreas. Las 16.355 hectáreas restantes se distribuyeron entre pastizales, valles aluviales, esteros, bañados y bosques.