La producción agrícola se ve afectada por la tercera Niña en cuatro años. Los cultivos de maíz y soja sufren el impacto de la falta de lluvias y de las altas temperaturas, lo que deteriora su estado y reduce las expectativas de rendimientos.
La apuesta de los productores al momento de la siembra fue por volumen, ya que el precio esperado a cosecha no era bueno, y si bien pocos creían viable una quita de retenciones de parte del gobierno nacional, todavía no se conoce la letra chica del anuncio realizado ayer ni su impacto en el mercado. En este escenario, las cuentas dan mal.
“Estamos todos mirando al cielo. La situación es variada, hay lugares críticos como la zona de Rojas y Colón donde hay lotes de soja de segunda que ya están perdidos o que habría que resembrar pero falta agua. Y las de primera están entrando en el período crítico y les faltan lluvias”, señaló a Bichos de Campo Fernando Migues, ingeniero agrónomo y productor de la zona de Rojas, norte de Buenos Aires, quien además asesora a colegas en esa región.
Con respecto al estado del maíz, indicó: “Los maíces tempranos ya pasaron la floración y los que no alcanzaron al llenado de granos no tienen vuelta atrás. Hay otros que formaron grano, en zonas como el sur de Santa Fe, que tiene margen para aguantar”.
A la menor producción se suman los bajos precios esperados y los altos costos productivos, de los alquileres, y los fiscales que ponen a los agricultores otra vez en serios problemas.
En tal sentido sostuvo: “La soja el año pasado de punta a punta en dólares bajó como un 23% en Argentina y todos tus costos en quintales de soja aumentaron un montón, encima con el dólar atrasado y con el 33% de retenciones. Para empatarla necesitas rendimientos muy altos y encima hay alquileres elevados, con lo cual es un combo este año bastante desafiante por decirlo de alguna manera”.
“Lamentablemente el plan económico de las últimas décadas te diría que es que llueva. En otros países subsidian a los productores porque tienen otras billeteras, acá se vive de la producción. Y con ese combo los productores hacen cuentas de cuánto van a perder”, agregó a continuación.
Para Migues, “el gobierno hace la cuenta de cuánta plata, cuántos dólares tienen que entrar del campo, y cuánta plata tiene que entrar por retenciones”.
Las pérdidas que se prevén en esta campaña ponen de manifiesto otro problema del sector, el alto costo de los alquileres.