Alejandro Cadile es ingeniero agrónomo, vive en Traslasierra, al oeste de Córdoba, muy cerca del límite con San Luis y trabaja como asesor privado independiente en el desarrollo y gestión de sistemas agrícolas y ganaderos bajo riego.
El grueso de su trabajo, en realidad, se concentra en la provincia puntana, pero desde que empezó la cuarentena no lo puede realizar por las restricciones que impuso Rodríguez Saá al ingreso de personas.
“El principal inconveniente que tenemos es el tránsito interjurisdiccional. A pesar de trabajar dentro una actividad exenta por el decreto presidencial, las regulaciones que cada jurisdicción impone hacen imposible el tránsito”, aseguró Cadile a Bichos de Campo.
Desde que comenzó la cuarentena, a mitad de marzo, el asesor afirmó que no pudo viajar a ningún campo, incluso pese a haber gestionado todos los permisos necesarios. “Muchas veces tengo que desplazarme atravesando municipios y comunas, pero el problema es que en cada una de ellas me encuentro con una normativa distinta”.
El agravante, según el asesor, es que “los trámites que se necesitan van cambiando, incluso, hasta dos veces por semana, y además, suelen tener una demora en el otorgamiento o directamente son denegados. Entonces, para cuando lograste juntar todos los documentos necesarios para poder viajar, alguna jurisdicción cambió su normativa y ahí tenés que empezar de nuevo”.
El asesor comentó que “el departamento San Javier de Córdoba, donde yo vivo, está aislado del resto de la provincia por estar libre de coronavirus. Si el argumento de San Luis para impedir el ingreso de gente es porque está también, libre de casos, entonces hay una irracionalidad en el tráfico interjurisdiccional entre dos zonas que están libres de la enfermedad”.
Para Cadile, el riesgo de salir a la ruta y quedar varado, o que te detengan y secuestren el vehículo por no cumplir con alguna normativa, es muy alto.
“Comprendo el celo que ponen las autoridades en el cuidado sanitario, pero no veo que haya una coordinación entre jurisdicciones. Para quienes atendemos campos de modo independiente, hay días que recorremos hasta 500 kilómetros para llegar, y al día siguiente lo mismo. Es imposible, con las restricciones que hay, poder pasar de una jurisdicción a otra”.
Cadile remarcó que “queremos visibilizar lo que nos pasa para encontrar una solución que afecta a miles de asesores independientes, porque las jurisdicciones avanzaron en sistemas de permisos para los productores y para sus empleados, pero no hay nada que contemple nuestra situación”.
“Somos autónomos, no dependemos de nadie, y estamos en un limbo en el cual ningún permiso nos calza”, destacó Cadile.
El agrónomo declaró que “muchas veces nuestro trabajo no requiere contacto con personas; a veces sólo implica ir a un campo sin bajar de la ruta, ingresar al campo, hacer nuestro trabajo en solitario y luego compartir nuestras recomendaciones de manera virtual”.
es dicifil para quiene trabaja , es el caso el que yo me encuentro en México en dodne tambien sufri la misma situación.