El dedo de Daniel Pelegrina fue un gran protagonista de la inauguración oficial de la 132° Exposición Rural de Palermo. Por fortuna para el protocolo no hablamos del dedo mayor sino el índice. Ante cada frase altisonante prevista en el discurso, el dedo de Pelegrina se levantaba airoso, señalaba el horizonte, enfatizaba, luego apuntaba al cielo, marcaba el rumbo y el compás. Casi casi que parecía el de un director de orquesta ese dedo tan activo. Pero era el dedo del presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA).
Pelegrina y su dedo enfrentaban un compromiso mayúsculo este sábado: debutaban nada menos que en acto fundamental que tiene la SRA desde hace 132 años, el momento en el que la entidad empresaria más vieja del país expone sus reclamos al Gobierno, que se supone son los de todo el campo. Ante semejante desafío, a Pelegrina a veces se le notó el nerviosismo en la voz cuando leía un cuidado pero enfático discurso. A su dedo, en cambio, se lo noto potente y decidido.
Mirando este atril solo siento palabras de agradecimiento.A Dios,a mi familia y a mi querida institución. Sin duda,hoy será uno de los días más importantes en mi vida. SRA me permitió profundizar el valor del compromiso, el esfuerzo y el amor por mi trabajo. Acá estamos de pie! pic.twitter.com/EZNodyEdQ6
— Daniel Pelegrina (@DanielPelegrina) July 28, 2018
Recordemos la historia con brevedad: a Pelegrina y su dedo les cayó del cielo esta chance de inaugurar la 132° Exposición Rural cuando quien era presidente de la entidad, Luis Miguel Etchevehere, decidió renunciar a ese cargo para desempeñarse como ministro de Mauricio Macri. Eso sucedió en octubre del año pasado. Etchevehere, ahora parte del Gobierno, en este acto aparecía sentado detrás del Pelegrina que hablaba y movía su dedo. Seguramente añoró los aplausos que cosechara en ese mismo sitio unos pocos años atrás, en 2015 por ejemplo, cuando convocó a los productores a votar por un candidato opositor al kirchnerista Daniel Scioli.
Se sabe la historia, es pública: Etchevehere se llevó siempre bastante mal con su vicepresidente Pelegrina y por añadidura con su dedo. Quizás por eso en su debut en Palermo, Pelegrina -dedo al cielo- no le dedicó ningún elogio a su tarea como funcionario, ni recordó su paso previo por la SRA, y ni siquiera lo presentó como correspondía. Simplemente agradeció la presencia del ministro de “Agricultura”, desconociendo que Etchevehere dirige una cartera mucho más pretenciosa, la de “Agroindustria”.
Recurrimos al canal de Casa Rosada para ver (desde el minuto 15) los movimientos del dedo de Pelegrina:
Las intrigas palaciegas que se viven desde hace semanas dentro de la SRA, donde por primera vez en casi tres décadas habrá dos listas en las elecciones para renovar el presidente, aportaron la comidilla necesaria para que el acto de inauguración de esta Rural de Palermo no se ganara el mote del “más aburrido” del siglo.
Pelegrina, que va ahora por su consagración como dirigente, encabeza una de esas dos listas y compite contra una agrupación “opositora” liderada por Alberto Ruete Güemes, también fue blanco de muchas zancadillas dentro de esa pesada interna ruralista. Sus detractores descalificaron incluso cruelmente a su dedo: “¿Viste el dedito de Pelegrina?”, lo ridiculizaban.
Dedo o dedito según quien lo mire, el índice derecho del presidente de la SRA se movía permanentemente al compás de un discurso que esquivó a propósito los debates abiertos dentro de la política agropecuaria y las críticas que pudieran apuntar al corazón del gobierno. Descartó decir lo que cualquier otro ruralista debería haber reclamado con énfasis a cualquier gobierno.
Por ejemplo, apenas hizo mención de la grave crisis tambera, diciendo que “la lechería tiene un enorme potencial, debe encontrar el rumbo y asumir el desafío de crecer mirando a la exportación. Para eso es imperioso generar transparencia y competitividad en toda la cadena”.
El presidente de la Sociedad Rural, en cambio, levantaba el tono y su dedo al cielo a la hora de lanzar algunas frases con las que cosechó el aplauso del público. Sucedió en estos casos:
- Cuando recordó que Mauricio Macri “se comprometió desarmando el embrollo que teníamos en el comercio y la exportación de nuestros productos. Se comprometió eliminando y reduciendo injustas retenciones y está honrando ese compromiso. Lo está honrando con hechos, dándonos la señal más clara y necesaria de todas: Que, si sembramos con unas reglas y vamos a cosechar con las mismas reglas de juego. ¡Nunca volveremos a ser la variable de ajuste de un modelo que ya fracasó!”
- Cuando enfatizó que “el campo no es formador de precios. Tenemos que buscar en toda la cadena el por qué suben los precios y entender que hoy los impuestos son el eslabón más pesado de esa cadena. La presión tributaria es asfixiante, y es consecuencia de un tamaño insoportable del Estado que no está adecuado a la realidad económica y productiva de nuestro país. Se debe reducir el gasto público en todos los niveles del Estado”.
- Cuando cargó las tintas contra intendentes y gobernadores. “Basta de Impuestos Inmobiliarios desfasados de lo que producimos en nuestras tierras. Basta de tasas municipales que se cobran por servicios que ni siquiera nos prestan. Y basta, señores intendentes, de inventar nuevas gabelas para financiar sus desmanejos ¡Basta de impuestos distorsivos!”.
- Y cuando recordó que “se cumplen diez años, de la gesta contra el atropello de la resolución 125 que nos unió como nunca”, y nombró a los ex presidentes de la Mesa de Enlace de 2008 que estaban presentes en el palco.
Al cerrar su debut en la primera división de Palermo, con el desafío ahora de poder revalidar electoralmente esos títulos, Pelegrina recorrió varias partes del cuerpo humano: “Estamos de pie, orgullosos de ser productores agropecuarios. Con la frente en alto y con la mirada puesta en el futuro”, dijo.
Y su dedo asintió.