El último día de operaciones del año 2021 termina con una liquidación generalizada de contratos futuros de materias primas que no lograron afectar a las cotizaciones del aceite de soja.
El aceite de soja es la nueva “estrella” del mercado global de commodities de la mano de un crecimiento estructural de la demanda motorizado por dos factores bien diferenciados.
El primero es un aumento sistemático de la demanda de aceite (y también de harina) de soja en India, nación que está atravesando una crisis severa de oferta de productos del complejo sojero y que obligó al gobierno de esa nación asiática a tomar medidas drásticas, como el hecho de intervenir el mercado de futuros agrícola local y establecer plazos mínimos de almacenamiento de stocks de mercadería por parte de las empresas aceiteras.
Bingo: Crece la influencia de India en el sistema mundial de formación de precios de la soja
El segundo factor es un incremento enorme de la producción prevista de biodiésel en EE.UU., el cual es elaborado mayormente con aceite de soja, con el propósito de cumplir con los compromisos ambientales fijados tanto a nivel nacional como a nivel estadual en algunas jurisdicciones (con California a la cabeza).
En ese marco, están surgiendo en EE.UU. enormes conglomerados de megafábricas de biodiésel por medio de acuerdos entre grandes corporaciones aceiteras con compañías elaboradoras de combustibles fósiles.
El tercer factor, si bien es coyuntural, no es menos importante, porque se trata de un eventual fracaso de la cosecha sudamericana de soja, lo que generaría un efecto alcista brutal a escala global ante un escenario de crecimiento de la demanda.
En tal escenario, la demanda internacional de soja es muy probable que siga concentrándose en EE.UU., lo que promovería alzas sustanciales del valor del poroto en el mercado de referencia estadounidense CME Group.