Los valores internacionales del poroto de soja siguen sostenidos, en gran medida, por el aceite de soja, que acaba de sumar un factor alcista adicional al presente en el ámbito interno de EE.UU.
El contrato de aceite de palma de enero de 2025 del mercado de futuros de Malasia (Bursa) registró un alza del 7,2% en la última semana para terminar en 1112,0 u$s/tonelada, el valor más elevado desde fines de junio de 2022.
En tanto, esta semana el Departamento de Comercio Interno de Tailandia prohibió temporalmente –hasta nuevo aviso– la exportación de aceite de palma para asegurar el abastecimiento del producto y estabilizar los precios internos.
La oficina del USDA en Yakarta estima que la producción de biodiésel en Indonesia a base de aceite de palma para 2024 será de 13.000 millones de litros, 400 millones más que en 2023 gracias a la implementación del corte obligatorio con gasoil del 35%.
Ayer el USDA informó que India compró 30.000 toneladas de aceite de soja estadounidense, lo que representa una novedad porque la nación asiática no suele abastecerse de ese insumo en ese origen.
Ante las tensiones existentes en Medio Oriente, muchas naciones asiáticas están asegurando el aprovisionamiento de aceites vegetales con el propósito de sostener la producción de biodiésel y garantizar la autonomía energética.
Tales movimientos garantizan precios sostenidos para los aceites vegetales en general y para el aceite de soja en particular en un momento en el cual la proyección de una gran oferta de soja sudamericana para 2024/25 constituye un factor bajista en camino.
En lo que respecta a EE.UU., el aceite de soja tiene un potencial alcista enorme en caso de que Donald Trump gane las elecciones presidenciales en el sufragio que se realizará en el presente mes de noviembre.
Desde hace varios años se sospecha que las grandes exportaciones chinas de UCO y de biodiésel elaborado en base a ese insumo en realidad se hacen con aceite de palma importado desde el sudeste asiático, lo que representa una práctica desleal; por ese motivo, este año la Unión Europea bloqueó el ingreso de biodiésel chino. Si una medida similar entra en efecto en EE.UU., la consecuencia inmediata será un aumento de la demanda interna de aceite de soja, dado que el volumen de UCO empleado para elaborar biodiésel es actualmente muy significativo.
Con Trump además es muy probable que los créditos fiscales destinados a promover los biocombustibles –tal como piden legisladores de Estados agropecuarios– sean abonados solamente con biodiésel fabricado con insumos nacionales.
En tal escenario, los valores del aceite de soja en el mercado interno estadounidense tendrían un recorrido alcista importante por recorrer, el cual, obviamente, tiene como contrapartida una tendencia inversa en el caso de la harina de soja.