El “cepo cárnico” generó (y generará) grandes daños a muchas empresas y trabajadores. Pero en un tiempo más el principal perjudicado será el consumidor argentino.
El analista ganadero Andrés Costamagna comentó que uno de los sectores más afectados por el “cepo cárnico” fue el de los criadores, quienes, al momento de querer vender vaca descarte o gorda, deben esperar un turno de 40 a 60 días dado por los frigoríficos.
Los precios de las vacas son precisamente los que más cayeron desde el cierre de exportaciones, que derivó en la posterior implementación del “cepo cárnico, a pesar de que la oferta de esa categoría se redujo como consecuencia de la retención forzada que se vio obligado hacer el criador con vientres que aún tienen la posibilidad de preñarse.
Costamagna comentó que, si bien algunos frigoríficos bonaerenses aprovecharon para comprar vacas baratas con destino a engorde a corral, en los últimos dos meses se enviaron a los frigoríficos unas 150.000 vacas menos que antes de la implementación del cepo y que muchos de esos animales “se murieron o quedaron en el campo”.
Otro de los sectores afectados por la medida son los tamberos, porque, con la caída del valor de la categoría, “perdieron el 50% del ingreso de la vaca de refugo”.
Muchos productores de cerdos también resultaron perjudicados por el cepo, porque los fabricantes de embutidos, ante la caída del valor de la vaca, prefieren priorizar la incorporación de ese componente respecto de la carne porcina.
“Son medidas que se toman de un día para el otro y que tienen diferentes consecuencias a lo largo de tiempo, además de la mala imagen hacia el exterior”, graficó.
Entre los perdedores también incluyó al Mercado de Liniers, por donde se canalizaba una parte importante de la comercialización de vacas. “Le van a quitar un mes de actividad, porque pasó de tener 30.000 cabezas por semana a tener unas 17.000”, explicó a Bichos de Campo.
Entre los afectados por la medida también contabilizó a los matarifes abastecedores que, al ser operadores sin planta, se quedaron sin posibilidad de exportar a China. “El matarife está golpeado y entonces ves que el precio de la carne sube porque alguien tiene que recuperar márgenes”, señaló Costamagna.
Además de impactos en los diferentes eslabones, tal como está planteado el negocio luego del cepo, ahora ya no existen incentivos para incrementar los pesos de faena.
Escuchá la entrevista completa acá:
“Cuando ves que al novillo pesado le pegó igual que a la vaca, la primera señal es que nadie haga novillos pesados. Entonces los que estuvieron negociando para tener un cupo (en referencia a los frigoríficos exportadores), van a decir luego que no hay novillos pesados. ¿Y quiénes son los responsables? El gobierno y los asesores que negociaron el cupo, los empresarios amigos que se pensaban amigos y que no les salió tan bien”, aseguró.
El analista proyectó un cambio de tendencia en la matriz productiva con el retorno a un esquema que dominó la ganadería durante los años de la intervención instrumentada entre 2006 y 2015.
“Para que se hagan novillos, lo que implica recría y tiempo, es decir, dinero, se requieren señales de la política y de precio y no hay hoy ninguna de las dos. Tenías un novillo que valía 210 pesos en el Mercado de Liniers y hoy vale 175 pesos”, remarcó.
El consultor dijo que ya comenzó a bajar el peso de la res faenada y que el modelo de engorde que se viene es de animales con menos de 380 a 400 kilos en pie.
“Si mirás las estadísticas del peso de faena vas a ver que el peso medio de lares va a cayendo y ya cayó en los últimos dos meses, mientras que en el engorde a corral tenés una situación más difícil, porque el capital de trabajo que se perdió no vuelve y nadie va a poner plata en eso”, auguró.
En función de esas consideraciones, el analista espera para este año una menor oferta de carne vacuna. “Vamos a tener menos producción y en algunos meses volveremos a tener un salto de precios importante y de vuelta vamos a estar con el mismo problema con el gobierno. El daño que hicieron es fuerte, no van a lograr ni lo que buscan a nivel político n económico ni a bajar la inflación”, concluyó.