El Servicio de Investigación Agrícola del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) registró un cultivar de soja tolerante a anegamiento con un potencial de rendimiento –aseguran– “competitivo” en términos comerciales.
La variedad, denominada USDA-N6006, fue desarrollada por el investigador del USDA Tommy Carter (ahora jubilado) a partir del financiamiento aportado por la Asociación de Productores de Soja de Carolina del Norte y la Junta Nacional de la Soja de EE.UU. (United Soybean Board).
La nueva variedad, según indica un artículo publicado por la Universidad Estatal de Carolina del Norte, obtuvo buenos resultados en los ensayos oficiales de variedades al lograr rendimientos similares al de tres variedades convencionales en pruebas colaborativas realizadas con las universidades de Missouri, de Arkansas y de Luisiana.
En las evaluaciones realizadas durante 2018 el huracán Florence provocó importantes anegamientos en los condados de Robeson y Sampson durante cuatro días. “Ese año el cultivar tolerante rindió entre un 10% y un 18% más que los testigos convencionales empleados como control”, dijo Ben Fallen, investigador del USDA actualmente a cargo del desarrollo de esa línea genética. “Ese evento realmente cambió la clasificación de variedades ese año”, añadió.
En las evaluaciones, además de los factores naturales, se simularon suelos saturados para exponer al material USDA-N6006 a situaciones de estrés.
“Se inundan unos pocos centímetros inferiores de las plantas, no toda la planta, para simular un evento típico de lluvia intensa. Si las plantas convencionales están total o parcialmente sumergidas durante un determinado período de tiempo, las posibilidades de que sobrevivan son muy pequeñas”, señaló el investigador.
El cultivar USDA-N6006 cuenta con un grupo de madurez VI y el propósito es lograr germoplasma tolerante a anegamientos con otros grupos. “Nuestro enfoque original estaba en los grupos VI, VII y VIII, pero lo estamos cambiando para intentar lograr grupos IV, V y VI, aunque se trata de un proceso que lleva mucho tiempo”, apuntó Fallen.
El USDA decidió ofrecer el germoplasma a entidades públicas y empresas privadas que quieran desarrollarlo comercialmente. “El USDA podría otorgar una licencia o contratar una empresa privada, pero decidimos liberarlo como germoplasma público”, afirmó Fallen.
“Queríamos poner este valioso material genético en manos del mayor número posible de semilleros públicos y privados. Es la forma más rápida de hacer llegar estos beneficios al benefactor final: el productor”, concluyó.