En su afán por liberar a los argentinos del “yugo de la pesada burocracia estatal”, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, incurre muchas veces en el error de no consultar para qué existen ciertas normas y por qué razón fueran creadas. La aprobación de la “libertad de cosecha” para la fruta, que no es otra cosa que la eliminación de la fecha de inicio de cosecha obligatoria, es una prueba clara de eso.
Aquello quedó incluido en la resolución 22/2025 de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, publicada en febrero de este año. Con la firma de Sergio Iraeta, el gobierno aprobó una serie de desregulaciones al interior del sector frutícola, aludiendo a la existencia de “requisitos innecesarios” que complicaban y ralentizaban el proceso de comercialización, y que afectaban la competitividad del sector.
Como es su costumbre, Sturzenegger celebró en redes aquel cambio, asegurando que desde ahora el productor podría cosechar cuando quisiera. Incluso destacó todas las modificaciones realizadas en la cadena frutícola durante su paso por la Exposición Rural, recordando especialmente el episodio con el productor de sandías, al que un cliente externo le pedía un envase determinado.
Pero nada de eso prueba que el funcionario realizó los llamados previos correspondientes antes de prender la motosierra. Si lo hubiera hecho, desde el INTA Alto Valle habrían estado encantados de explicarle, por ejemplo, por qué es importante que se respete una fecha mínima de cosecha para la fruta, algo que está incluido dentro del Programa Regional de Madurez (PRM), que existe desde 1993.
“Lo escuchamos a Sturzenegger decir que el inicio de la cosecha de fruta lo determina un burócrata en el INTA, que decidía si una empresa podía empezar a cosechar o no, y es una barbaridad. Eso habla de un desconocimiento respecto a cómo funciona el programa. Y pensar que esta decisión se toma para equiparar las condiciones de Argentina con la de otros países, no es muy criterioso, siento que para nosotros es una ventaja”, dijo a Bichos de Campo Adrián Colodner, ingeniero agrónomo e investigador del Área de Poscosecha del INTA Alto Valle.
Esa región del país es la única que cuenta con un programa de estas características, debido a la importancia que poseen la pera y la manzana en términos de cantidad de fruta exportada y de dinero que generan.
“Las peras y las manzanas son frutos climatéricos. Tienen un comportamiento particular que, los diferencia de los cítricos, si las cosechás demasiado temprano no alcanzan su punto de madurez fisiológica. Esto es clave porque es lo que permite que siga evolucionando luego de cosechada y desarrolle atributos como el aroma, el sabor y la jugosidad. Si eso no se respeta, no seguirán madurando y va a quedar un fruto incomible para el consumidor”, explicó Colodner.
Un dato clave es que en otros países no existen esquemas de este tipo, sino que se manejan con cronogramas tentativos voluntarios.
“Tenemos que ser sinceros: si en el mundo no existe un programa de estas características, quiere decir que la fruticultura puede existir sin él. Ahora bien, esto es, en cierta forma, un distintivo de nuestra región. Da una garantía a los que compraban de que esa fruta va a madurar y va a tener buena receptividad”, indicó el agrónomo.
Y añadió: “Toda empresa, todo productor, obviamente tienen como objetivo tener dinero. Esta es una actividad comercial. Aquello que aparece primero tiene un plus de precio por ser primicia de la temporada. El tema es que, quizás, cosechás una fruta que después no va a tener la calidad que espera el cliente que la compró. Si bien algunos tienen identificado de qué empresas compraron esa fruta, la que se puede terminar manchando es la fruta argentina en general”.
¿Cómo es que se define este calendario de cosecha? Entre noviembre y diciembre se arma uno tentativo, en base a la recopilación de la información de la floración de la temporada. Aquella es provista por las empresas del sector, y contempla también la toma de datos por parte de los técnicos de INTA en las chacras.
Una vez que el esquema de fechas está definido para las distintas variedades de fruta, el mismo se ajusta en función de las condiciones climáticas del año y del desarrollo de la temporada. Para eso se realizan distintos muestreos de frutas, y se analizan los índices de madurez.
“Si vemos que la fecha se ajusta a lo que nosotros habíamos puesto en el calendario tentativo, se deja como está. Si vemos que la fruta está adelantada, le pedimos al Senasa, que es quien termina autorizando la fecha final, que la modifique y la ajuste a la realidad de la temporada. Eso lo tenemos definido para enero”, señaló Colodner.
Otro dato que al ministro Sturzenegger puede habérsele pasado por alto es que este esquema, y el programa de madurez en general, nació por el pedido del propio sector frutícola.
“En 1993, el programa surge junto a la cámara de fruticultores, a la Secretaría de Fruticultura, y a los productores que trabajaban en estas actividades, que creían que esto podía ser importante para la región”, detalló el investigador.
Una nota publicada días atrás por el medio Más Producción recopila algunas opiniones del sector en este sentido.
“La eliminación de la obligatoriedad de la fecha de inicio de cosecha tiene dos consecuencias claras: en la exportación de Pomáceas (peras y manzanas), los mercados más exigentes del mundo dejan de contar la garantía de que la fruta cosechada tiene la evolución de poscosecha correcta. Al no contar con el programa de madurez, una cosecha prematura atenta directamente contra el consumo”, dijo Secretario de Fruticultura de Río Negro, Facundo Fernández.
Por su parte, Agustín Cabana, gerente de poscosecha de la empresa Kleppe SA, una de las más representativas del rubro, aseguró que “el programa regional de madurez les asegura a los clientes que la fruta va a estar en condiciones para madurar”.
Por otro lado, Tony Harding, director técnico y comercial de Worldwide Fruit, una empresa de comercialización de frutas especializada en el suministro de peras y manzanas a Reino Unido, envió una carta a las autoridades solicitando que Senasa continúe con el control de las fechas de cosecha.
“El protocolo ha sido fundamental para garantizar el correcto manejo de las peras argentinas al momento de la cosecha y para asegurar que los mercados reciban un producto de alta calidad. Argentina tiene una excelente reputación por enviar peras de alta calidad y excelente sabor”, indicó.
En este sentido, Adrián Colodner concluyó: “A título personal, no me parece mal que algunas cosas se actualicen. Pero en esa operación entró esta modificación dentro del paquete, que para mí no está bien. Muestra desconocimiento del gobierno”.
Si fueras tan hábil y experto, serias millonario. Pero sos un nabo dando consejos a los que ponen la tarasca. Llorala kukaracha. Se acaba el curro para los inutiles como vos.
Milei no es millonario y da consejos a los que ponon la tarasca….ergo….segun tu razonamiento es un inutil…como el pelado suavecito de apellido austriaco-Aleman que ya fundio al pais en el 2001…
Todos exponen argumentos bien fundados y aparece el troll que nunca falta para desmerecer el debate y lo reduce a Kuka y curro, muy despreciable.
El Chaja, descerebrado. Este Stugenegger es el típico ignorante ilustrado que desde su centralismo extremista cree que todos los argentinos somos boludos y eso le da derecho a hacer cualquier cosa y encima vanagloriarse. Asco da, pregúntale Chaja por qué puerta se escapó en elgobiero de Macri. El Toto se escondió unos meses en Singapur pero a este le perdimos el rastro