En su afán por derivar el foco de atención de los problemas urgentes hacia algunos integrantes de la sociedad argentina, el presidente Alberto Fernández dijo, durante entrevista radial, que “los ganaderos le quieren cobrar a los argentinos la carne al mismo precio que a los chinos”.
Los dirigentes de Carbap salieron a rebatir tales afirmaciones y se manifestaron asombrados “por lo alejado de la realidad” que se encuentra el primer mandatario.
“Señor presidente: por si no sabe, hace un año existen siete cortes de carne (vacuna) imposibilitados de exportar, con lo cual se deben vender sí o sí en el mercado interno y lejos sus valores pueden estar afectados por los precios internacionales”, explicó Carbap por medio de un comunicado. Los siete cortes en cuestión son el asado, vacío, matambre, falda, nalga y paleta.
“Queda entonces en claro que el problema es la inflación, incontrolada debido a la impericia de su gabinete económico, para disminuirla y contenerla, y a la falta de confianza en su administración, justamente por las frecuentes expresiones suyas alejadas de la realidad, haciendo mención de recetas ya probadas y fracasadas”, añadieron los dirigentes rurales que representan a los productores bonaerenses y pampeanos.
El ejemplo dado por Fernández, además de ser poco feliz, es ya de por sí técnicamente incorrecto, porque los cortes enviados a China –con el descuento del derecho de exportación del 9,0% y la “retención cambiaria”– son muy baratos para el consumidor argentino, pero, claro, se encarecen por la inflación presente en los eslabones logísticos y comerciales, además del IVA del 10,5% que contienen los mismos.
El comunicado también resalta que, mientras que en este último año la carne bovina ajustó en góndola más de un 65%, se le pago menos al productor pecuario y la Argentina exportó menos carne debido al “cepo cárnico” implementado un año atrás y reforzado a comienzos de 2022. “Perdió el consumidor, perdió el ganadero y perdió el país por la retracción de las exportaciones”, resaltó en referencia a las preciosas divisas que dejaron de ingresar por la intervención.
“El principal motivo, que conlleva al menos consumo de carne de nuestros compatriotas en la historia proviene del poder adquisitivo de los argentinos que se encuentra permanentemente corroído por los efectos de la inflación”, apuntó Carbap porque, claro, la desvalorización del peso argentino no sólo se refleja en el precio de los alimentos, sino también de la indumentaria, servicios, artículos digitales, alquileres y un largo, largo etcétera.
“Mientras su Gobierno sigue empecinado en las mismas recetas, mismos argumentos, mismas acciones, mismos actores, tendrá mismas consecuencias y lógicamente mismos resultados. Allá vamos.
Argentina puede ser un destacado proveedor de alimentos en este contexto mundial. Solo de usted depende”, concluyó Carbap.