Si alguien sabe de calidad de carne es Eduardo Malis. Su currículum da buena cuenta de ello. Además de ser veterinario, trabajó en Senasa, en la ex Junta Nacional de Carnes, en la ex ONCCA y en una cámara de la industria frigorífica. Pero sobre todo fue por muchos años el director del Centro de Investigaciones de Carnes del INTI. Siendo la seguridad alimentaria una de sus especialidades, la pandemia le dio la excusa perfecta para lanzarse a un emprendimiento personal: Carnes Don Eduardo.
“Es una idea que vengo madurando hace mucho tiempo. El concepto es tratar de que la carne llegue con la menor cantidad de pasos posibles al público”, contó Malis a Bichos de Campo. En su página web remarca que este proyecto busca respetar el principio “Del Campo al Plato”, cuyo objetivo es que entre el productor y el consumidor sólo esté el proceso de elaboración.
“Hoy las tecnologías de producción, los recursos informáticos y la moderna logística de distribución facilitan este modelo de comercialización. Este camino directo hace que los ahorros de costos de intermediación se puedan invertir en calidad e higiene, llegando la carne a tu mesa a un precio razonable y conveniente”, dicen los fundamentos del proyecto.
Esto se comprueba no sólo en el frigorífico que procesa los productos –que es elegido por el propio Malis y debe implementar controles específicos estipulados por él- sino en toda la información proporcionada por el rotulado: identificación del producto, indicación del frigorífico que faenó los animales, número de lote, fecha de elaboración y habilitación del Senasa.
“La carne es un producto muy valioso pero lo tratamos como un genérico. Yo creo que la carne tiene que tener nombre y apellido, identificación. Hay que darle al consumidor información que demuestre fehacientemente todos estos datos”, afirmó el especialista en bifes.
Malis, que en su paso por le INTI realizó todo tipo de experiencias sobre la calidad e inocuidad de la carne vacuna, considera que los consumidores, el público en general, tienen muy poca información sobre las condiciones que debe tener este producto. En este sentido, tanto la web como las redes sociales brinda nociones de cocción, conservación, cortes, terneza de las piezas, entre otras variables que deberían ponerse en juego.
En la búsqueda de ofrecer un producto bajo las exigencias de la normativa internacional, Carnes Don Eduardo comercializa solamente cortes envasados al vacío. Ese es otro punto que Malis considera que es importante explicar al público. “Que vengan envasados así implica que vos lo podes mantener en el frío normal de la heladera, sin congelar, entre dos y tres meses dependiendo del corte. El público en general confunde el envasado al vacío con congelado.”, comentó.
Las ventas de estos cortes elegidos por manos expertas, por el momento se realizan solamente dentro de la Ciudad de Buenos Aires, pero llegarán a la brevedad al Gran Buenos Aires.