Se viene la Vendimia. La tarea de recolectar las uvas para vinificar será mas fuerte en febrero y marzo, aunque en algunas regiones de Cuya ya comenzó la cosecha, especialmente de las uvas primicia para consumo en fresco. Pero Eduardo Garcés, presidente de la Federación de Viñateros de San Juan, no suela optimista en estos días previos al gran momento anual de esta actividad productiva.
Las razones, como casi siempre, son económicas: no todos festejan en la cosecha. Garcés explicó que se sigue trabajando a pérdida puesto que, tras un estudio que encargaron a un especialista, “llegamos a la conclusión que el pequeños productor de menos de 15 hectáreas tiene un costo para uvas comunes (no las varietales) de 10,45 pesos y los precios están muy por debajo de eso, pues se está hablando de 5 o 6 pesos”.
Es decir, el productor de uvas sanjuanino no cubre ni la mitad de su costo y eso lleva a que muchos sigan saliendo del sistema. “En San Juan hace 30 años éramos 13 mil productores y ahora no creo que lleguemos a 4 mil”, resumió el directivo en diálogo con Bichos de Campo.
Aquí la entrevista completa a Eduardo Garcés:
A la par que los precios no cubren los costos, describe Garcés, se alargan los plazos de pago. El dirigente explicó que el año pasado la cosecha (levantada a fin del verano) se terminó de cobrar en diciembre. “Se prometió pagar al productor en 5 cuotas desde mayo, pero como era más conveniente tener el dinero en la rueda financiera se comenzó a pagar en 5 cuotas pero desde agosto y algunos hasta en 6 pagos”, alertó.
Garcés agregó que también en la vitivinicultura hay distorsiones comerciales como en muchas otras cadenas productivas. “El intermediario es el que tiene su gran partida y el productor recibe migajas”.
Este año, en los cultivos de primicia, “al productor se le pagaron las primeras uvas a 12 pesos, un precio que ya bajó a 8 pesos. Pero en Buenos Aires, en los mercados de barrio, se vendió a 199 pesos el kilo, el 1.658 % más de lo que lo que le pagan al productor”, graficó.
El dirigente cuyano explicó que periódicamente se reúnen con los dirigentes de CAME de otras economías regionales y que ese problema se replica en otras actividades. Respecto del gobierno, señaló que los funcionarios los atienden, en algunos casos, pero que no hay respuestas concretas a los problemas que se plantean.
“Las autoridades nacionales (por Agroindustria), nos atienden, dicen que nos entienden, pero el poncho no aparece y soluciones no hay. Pedimos audiencias a (Dante) Sica y a otros ministros, pero ellos no nos atendieron. Vemos que le dan importancia a la parte industrial pero no creo que estén tan mal como nosotros”, concluyó.