Este lunes siguen subiendo con fuerza los valores de los futuros de trigo en el mercado argentino –referencia del Mercosur– del Matba Rofex.
La razón detrás de ese fenómeno no es ningún misterio: cada vez son mayores las dudas sobre la capacidad de producción de trigo de Rusia y Ucrania –los dos mayores exportadores mundiales del cereal– en función de un desastre climático registrado en las principales zonas sembradas con trigo de invierno.
Las regiones trigueras rusas, además de una sequía severa que no muestra probabilidad de revertirse, en el presente mes de mayo experimentaron heladas intensas que impactaron en los cultivos.
La entidad que nuclea a los principales exportadores rusos (Rusgrain Union) comunicó este lunes que el Ministerio de Agricultura de Rusia está evaluando declarar el estado de emergencia en las zonas afectadas por el desastre climático.
La consultora rusa IKAR considera que la cosecha total de trigo ruso puede ubicarse en 81,5 millones de toneladas, una cifra lejana a las 88,0 millones de toneladas previstas en el último informe mensual del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA).
La producción de trigo ucraniana también está en juego por problemas climáticos y además su comercialización está supeditada, en términos logísticos, a la evolución del conflicto militar que mantiene con Rusia desde 2022.
En otro orden, un desastre climático y humanitario ocurrido en el estado brasileño de Rio Grande do Sul pone en riesgo la campaña de trigo 2024/25 en esa nación.
El organismo oficial brasileño Conab estima que este año la siembra de trigo en Rio Grande do Sul podría ser de 1,501 millones de toneladas para producir 4,18 millones de toneladas sobre un total nacional proyectado de 9,08 millones.
La realidad es que, debido a la magnitud de las inundaciones –y la perspectiva de nuevas precipitaciones en parte de las zonas afectadas en los próximos días–, es poco probable que ese pronóstico pueda cumplirse.
El trigo en Rio Grande do Sul se siembra entre mayo y junio, lo que implica que la primera mitad de la ventana óptima de siembra ya se perdió y ahora la implantación debe concentrarse en el mes de junio o incluso julio en caso de que se retrase por demás.
En los últimos años Brasil, si bien es un gran importador de trigo, se había consolidado también como un exportador de trigo de baja proteína, lo que no podrá repetir seguramente en 2024/25 debido a la caída prevista de la producción.
En ese marco, este lunes el precio del contrato Trigo Rosario Julio 2024 en el Matba Rofex experimentó un alza de 7,0 u$s/tonelada respecto del viernes pasado para cerrar en 282,0 u$s/tonelada, mientras que la posición Trigo Rosario Diciembre 2024 (correspondiente a la nueva cosecha 2024/25) subió 6,9 u$s/tonelada para terminar en un promedio de 256,9 u$s/tonelada.
El trigo argentino volvió a competir en las “ligas mayores”, pero no por mérito propio