Argentina debería estar “nadando” en divisas. Porque la agroindustria generó en el primer semestre de 2021 una cifra equivalente a la producida en todo el año 2020. Pero, increíblemente, la situación cambiaria es cada vez más compleja.
En los primeros seis meses de este año el ingreso neto integral de divisas generado por los sectores “oleaginosos y cereales” y “otras actividades primarias” fue de 19.094 millones de dólares (M/u$s), mientras que en los doce meses de 2020 esa cifra había sido de 19.732 millones de dólares (M/u$s).
En segundo lugar se ubicó el sector “alimentos y bebidas” con 4320 M/u$s netos ingresados en el primer semestre de 2021, mientras que en enero-junio del año pasado había generado 5767 M/u$s.
El hecho inédito es que tales cifras –que se explican fundamentalmente por la suba de los precios internacionales de los productos agroindustriales impulsada por la demanda asiática– se originaron en un contexto de amenazas, presiones, regulaciones, intervenciones y elevada presión impositiva implementada por el gobierno nacional, lo que indica que, en condiciones equivalentes a las vigentes en países normales, como puede ser el caso de Brasil, Uruguay o Paraguay, las exportaciones agroindustriales argentinas habrían sido seguramente muy superiores.
El tercer lugar en el ranking de generación de divisas fue para los servicios profesionales con 1370 M/u$s, el cual comprende asesoramiento jurídico, contable, publicidades, diseño, informática, regalías y un largo etcétera. Se trata de un sector que también podría generar muchas más divisas, dado que, debido al “cepo cambiario”, buena parte de tales servicios se facturan en jurisdicciones en las cuales el Estado no se apropia indebidamente del esfuerzo ajeno.
En tanto, la minería, un sector que podría ser pujante en toda la zona cordillerana argentina, produjo apenas 1309 millones de dólares en los primeros seis meses del presente año.
Los datos corresponden a cifras del último Balance Cambiario publicado por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) en lo que respecta a exportaciones/importaciones, inversiones directas, préstamos, giro de utilidades y formación de activos externos.
En cuanto a la industria petrolera, los ingresos por exportaciones e inversiones generados en el primer tramo de 2021 no lograron compensar la salida de divisas, lo que implicó que el sector registró un balance cambiario neto de -1503 M/u$s. El desarrollo de los yacimientos patagónicos de hidrocarburos no convencionales (shale oil, shale gas y tight gas) se encuentra comprometido por la inestabilidad económica presente en la Argentina.
Los demás grandes sectores generadores de bienes y servicios de la economía argentina consumen muchísimos más dólares de los que generan y son “subsidiados”, en términos cambiarios, por el sector agroindustrial.
El “campeón” del consumo de divisas en lo que va del año es la industria química, la cual registró un déficit cambiario neto de 2774 M/u$s, seguido inmediatamente por la importación de maquinarias y equipos con -2251 M/u$s y el comercio con -2183 M/u$s. En lo que respecta a este último sector, la importación de bienes de consumo con un tipo de cambio “atrasado” –cepo mediante– representa un negocio sumamente lucrativo porque permite ofrecer productos importados a precios “subsidiados”.
En los siguientes puestos del ranking de consumidores de divisas se ubican la industria automotriz con -1875 M/u$s, metales con -1058 M/u$s, turismo con -864 M/u$s e industria textil con -289 M/u$s, entre otros.
A pesar de las restricciones vigentes en el marco de la pandemia, el sector turístico sigue siendo una importante fuente de egresos de divisas, aunque en niveles, por supuesto, muy inferiores a los vigentes en el período prepandémico.
El Balance Cambiario del BCRA muestra que desde septiembre de 2019 a la fecha no se realizó ningún giro de utilidades hacia el exterior. Eso ocurre a partir del bloqueo de facto dispuesto para poder realizar esa operación instrumentado por la comunicación “A”6768 del BCRA. Es decir: si estuviese habilitada esa alternativa, el balance cambiario de muchos sectores sería seguramente mucho más deficitario.
Por otra parte, desde mayo de 2020 a la fecha las autoridades de BCRA vienen implementando una serie de barreras administrativas orientadas a restringir la posibilidad de concretar importaciones de bienes considerados “no esenciales”, entre los cuales, lamentablemente, se incluyen a productos esenciales para la dinámica de la economía argentina.