El ingreso de agrodivisas viene siendo bastante inferior al esperado por el equipo económico liderado por el ministro Luis Caputo a causa, fundamentalmente, de un ritmo de comercialización de la soja bajo en términos históricos.
Si bien, al tratarse de un activo biológico, es cuestión de tiempo que los productores argentinos gestionen la comercialización de la cosecha 2023/24 de soja, en la actual coyuntura macroeconómica, con un Banco Central (BCRA) “flojito” de reservas internacionales, el ritmo de la venta de la oleaginosa es un factor clave.
Al pasado 22 de mayo –último dato oficial publicado– las ventas de soja 2023/24 sumaban 18,17 millones de toneladas, una cifra equivalente al 36,0% a 36,3% de la cosecha total estimada para el presente año (50,0 a 50,5 millones de toneladas según la Bolsa de Comercio de Rosario o la Bolsa de Cereales de Buenos Aires).
Se trata de un número, en términos relativos, inferior al vigente un año atrás (40,0%), cuando un desastre climático liquidó más de la mitad de la producción prevista de la oleaginosa.
La situación actual es comparable a la presente en la campaña 2019/20, cuando, con una cosecha de soja de 48,7 millones de toneladas, en el actual momento del año los productores ya habían comprometido comercialmente el 47,5% de la cosecha esperada.
En la última semana el mercado fue inundado por rumores –seguramente interesados– referidos a que el equipo económico del gobierno nacional estaba diseñando un mecanismo cambiario orientado a promover decisiones de venta de soja.
La realidad es que Caputo es reacio a toquetear el actual esquema cambiario que contempla un “dólar exportador” en una proporción del 80% tipo de cambio oficial + un 20% dólar “contado con liquidación”.
Por otra parte, la apuesta del ministro de Economía reside en conseguir un “paquete” de ayuda por parte de organismos multilaterales o bien del Fondo Monetario Internacional (FMI) más que en propiciar la generación de divisas con recursos genuinos.
La caída del precio internacional de la soja, junto con un tipo de cambio atrasado, contribuyeron a potenciar el impacto del derecho de exportación del 33,0% vigente sobre el poroto de soja. Los valores reales del producto –medidos en dólares reales– resultan poco atractivos para los productores.
El dato clave además es que más del 50% del volumen de soja 2023/24 comercializado hasta el momento no tiene precio hecho: de las 18,17 millones comprometidas, un total de 9,23 millones sigue pendiente de fijación, lo que indica que los valores actuales no convencen a muchos productores.
Las toneladas que anuncia la Secretaria y algunos medios,NO ESTÁN.La cosecha es menor