En junio de 2022, cansadas de esperar que los políticos de todos los signos les prometieran en vano una nueva Ley de Semillas que asegurara una rentabilidad razonable a quienes desarrollan tecnologías en este rubro, las principales proveedoras de semillas al agro argentino lanzaron un programa llamado “Sembrá Evolución”, que es algo así como un intento privado de fijar reglas y controles frente a un Estado que ha dejado de hacerlo.
Este intento para incrementar las ventas de semillas certificadas (es decir legales y que paguen regalías a sus desarrolladores) operó desde el vamos con una buena carnada en el anzuelo: todas las empresas que participaban del sistema pusieron dentro del mismo las nuevas variedades de soja que contenían los nuevos eventos transgénicos Enlist (resistencia al 2,4D) y Conkesta (resistencia a insectos). A partir de allí, el productor que no aceptara firmar un contrato con la proveedora de estas semillas y tecnologías, pues directamente no podría acceder a estas variedades mejoradas.
En la Expoagro 2023, la empresa líder en el mejoramiento de semillas de soja del país (y que además se perfiló con esa genética hacia otros países productores como Brasil y Estados Unidos), GDM o coloquialmente más conocida como Don Mario, anunció que luego de un año de prueba, a partir de ahora el programa Sembrá Evolución será su principal apuesta en la Argentina, a punto tal que todas las nuevas variedades que lance al mercado a partir de este año serán comercializadas dentro de este sistema.
Y no estamos hablando solo de soja. La decisión de GDM (que tiene tres marcas, Don Mario, Illinois y Neogen) sino también el trigo y todo el abanico de las semillas autógamas, que son aquellas que pueden guardarse de un año a otro para la siembra, alimentando ya sea el circuito legal del Uso Propio (el derecho de cada productor a utilizar su propia semilla) o el circuito ilegal de la “bolsa blanca” (la semilla vendida fuera de los canales certificados).
Se especula que los otros grandes impulsores del programa privado para defender los intereses de la industria semillera, que son Brevant (de la multinalcional Corteva), Nidera Semillas y NK (de Syngenta), Pioneer (también de Corteva), y la estadunidense Stine, sigan este mismo camino: no habría variedades nuevas lanzadas al mercado por fuera de este circuito de relacionamiento directo con el productor, que así deberá comprar “hectáreas” cada año (una suerte de millas) para poder acceder a los nuevos germoplasmas y las tecnologías disruptivas allí contenidas.
Es que, según explicaron los directivos de GDM a varios periodistas acreditados en la exposición de San Nicolás, las empresas semilleras le vieron el gusto al nuevo sistema, que les asegura al menos un retorno de su inversión en investigación en semillas. En rigor, el gran dato que arrojaron es que Sembrá Evolución abarcó esta campaña 2022/23 un total de 1 millón de hectáreas sembradas con soja, entre 62 variedades de todas las compañías. El área sojera llegó a 16 millones, por lo cual uno podría suponer que todavía es poco. Pero el programa recién fue lanzado y a partir de ahora se irá alimentando con todos los lanzamientos de nuevas semillas, en todos los cultivos.
Pero el dato que más entusiasmó a los semilleros es que estos pocos meses de vigencia del programa ya hay 5.700 Cuit de productores que se inscribieron, lo que representa casi 10% del universos de productores de granos del país. La mayoría de ellos son medianas o grandes empresas, pero también hay pequeños. La idea es que un mayor número de ellos ingrese al SE porque de otro modo no accederán a las nuevas variedades y se irá incrementando la brecha de rendimientos respecto de las variedades que irán quedando viejas.
En la plataforma conjunta, todas las empresas ofrecen sus productos y poner el valor de la regalía que consideren adecuado, y que contemplará tanto el mejoramiento convencional del germoplasma como las innovaciones, ya sean transgénicas o productos de la flamante edición génica. De hecho, Don Mario anunció que ya tiene aprobada en Brasil y Argentina una variedad de soja lograda con esta técnica, y que ofrece un poroto con ciertos rasgos que lo hacen especial para la alimentación animal.
Para adherir a Sembrá Evolución, de entrada, el productor deberá firmar con la semillera que elija como su proveedora de semilla certificada un acuerdo o compromiso marco. Luego puede optar por comprar la bolsa de semilla certificada y pagar las regalías en ese momentos, a un precio más bajo que el que finalmente deberá afrontar si luego de la cosecha lo pescan en el puerto con variedades por las que no pagó derechos antes. Esto mediante el sistema de controles Bolsatech, que acaba de ser renovado.
En otro orden, los directivos de GDM Santiago De Stefano, director global de negocios, y Máximo Cardini, asignado al cono sur latinoamericano, anunciaron otras dos decisiones de la semillera líder: el comienzo de la tarea de mejoramiento en girasol en Europa y la creación de una nueva sociedad en Carolina del Norte, en Estados Unidos, que se dedicará exclusivamente a buscar rasgos y genes de la soja que puedan ser luego materia de mejora mediante edición génica.