“En relación a nuestra agenda de trabajo bilateral como es de su conocimiento, para Argentina es muy importante ampliar oportunidades comerciales para la exportación de productos de las economías regionales. En particular, la gestión de habilitación para la exportación de cítricos dulces argentinos hacia Estados Unidos cuenta ya con más de 10 años de numerosos intercambios técnicos, incluyendo una visita de auditoría realizada en 2019 y sin avances relevantes desde entonces”.
Este párrafo forma parte de una extensa carta que el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, envió a su par de los Estados Unidos, Tom Vilsack, pidiéndole una reunión personal para hablar, entre otros temas, de la postergada apertura del mercado estadounidense a las naranjas y mandarinas originarias de la Argentina. El tema ha venido sufriendo -como en el caso de los limones, que Estados Unidos recién aceptó en 2018- diferentes postergaciones.
La ofensiva de Domínguez para reinstalar este asunto en la agenda bilateral fue celebrada por la Cámara de Exportadores de Citrus del NEA (CECNEA), donde se considera que las exigencias de los Estados Unidos en el plano fitosanitario ya han sido superadas. De todos modos, es un asunto controversial, pues es fuerte la resistencia que ha puesto la industria citrícola -especialmente de California y Florida- contra las importaciones de fruta de otros orígenes.
En la carta, el ministro argentino argumenta que el ingreso a Estados Unidos de las mandarinas y naranjas del NEA no ocasionará un impacto negativo en los productores norteamericanos, por la sencilla razón de que no competirá con ellos, por no coincidir en las épocas de cosecha.
“La industria de los cítricos es la principal fuente de empleo para más de 35.000 ciudadanos en el noreste argentino. De acuerdo con nuestras proyecciones, los volúmenes de exportación de mandarinas y naranjas que podrían enviarse a los Estados Unidos serían aproximadamente 5.000 toneladas y en contra estación de la producción norteamericana, por lo cual el cítrico argentino no competiría con la producción local sino con fruta de otros países proveedores de Estados Unidos”, explicó Domínguez.
Santiago Caprarulo, director ejecutivo de la Cámara de Exportadores de Citrus del NEA, ponderó que se trata de “un paso firme en la dirección que la entidad viene solicitando y documenta que el ingreso del citrus dulce a Estados Unidos está entre las máximas prioridades del gobierno argentino”.