La discusión por la posibilidad de tener un trigo transgénico en Argentina, como el desarrollado por la empresa Bioceres, por ahora pasó a cuarto intermedio. Lo que seqguirá por orden del presidente Mauricio Macri es una mesa de trabajo que incluye a todos los actores, y que se debe expedir en 60 días al respecto de esta cuestión. Uno de esos actores es el molinero.
“Es un tema complejo. Más allá de su aprobación o no, y de tener una empresa bien argentina como lo es Bioceres, que invierte en biotecnología y que me genera orgullo, el mercado mundial desconoce este trigo. Por eso tenemos que cuidar el bienestar de todos los eslabones y los protocolos en los países de destino”, dijo a Bichos de Campo Diego Cifarelli, presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM).
El presidente de FAIM explicó que “la revolución tecnológica no puede ir en contra del sistema de comercialización mundial. Si se aprueba el trigo transgénico de Bioceres es porque fue aceptado y lo podremos vender”, razonó.
Escuchá lo que nos decía Diego Cifarelli
¿Por qué hay tanta polémica en torno al trigo transgénico HB4? Argentina sería el primer país del mundo en aprobar este evento, y se destinaría a consumo humano directo, lo que puede provocar rechazos entre los importadores del trigo argentino. En las últimas horas se conocieron declaraciones de directivos de Abitrigo (la asociación que reúne a la industria molinera brasileña) en ese mismo sentido.
Cifarelli declaró que, en materia dle negocio del trigo y la harina, “más allá de que recuperamos terreno, Argentina todavía tiene que fabricar lo que el mundo quiere comprar. Si encima hablamos de algo que el mundo no quiere comprar, me preocupa”.
Ver: En medio de una polémica que llegó hasta Macri, hablan los “inventores” del trigo transgénico
“El mundo compra 175 millones de trigo, de los cuales Argentina sólo vende unos 13 millones, es decir que participa del 8%. No tenemos una posición dominante como para cambiar un paradigma en la demanda. Tenemos que adaptarnos más bien a lo que la demanda quiere, lo que no quita que no podamos trabajar a puertas cerradas en investigación. No se trata de cajonearlo al proyecto sino de debatirlo con todos los eslabones y lograr puntos comunes de acuerdo”, agregó.
En relación a los esfuerzos por generar transparencia dentro del sector molinero, Cifarelli dijo que “creemos que este año será bisagra por los controles que lleva a cabo Agroindustria, porque venimos de tener años de evasión de casi el 30% donde superaban los 10.000 millones (de pesos) anuales, y a pedido de los propios molineros es que se invirtió en cajas negras para ser controlados por parte del Estado”.
“No suele haber muchos sectores industriales que quieran esto considerando la presión tributaria argentina”, destacó.