El equipo técnico de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires lanzó este miércoles un pronóstico muy auspicioso sobre la próxima campaña de trigo, que debe comenzar a implantarse en las próximas semanas. La estimación habla de una producción récord en el ciclo 2019/20 de 20,6 millones de toneladas, fruto de la siembra de 6,4 millones de hectáreas con el cereal. El dilema es ahora dónde colocar los excedentes crecientes.
Antes de darle la palabra a los técnicos que mostraron la previsión sobre la nueva campaña de granos finos (para cebada se esperan otras 4 millones de toneladas), el presidente de la Bolsa, Raúl Cavallo, informó que la cadena de trigo aportará este año 3.500 millones de dólares en valor agregado, y 3.200 millones de dólares en exportaciones.
El directivo elogió a los productores que incrementaron desde el cambio de gobierno en la campaña 2015/16 el área sembrada con el cereal un 51% o 2,1 millones de hectáreas, permitiendo un récord productivo de 19 millones de toneladas en esta campaña. Ahora había intriga con la nueva siembra, que será la primera tras el regreso de las retenciones (promedio del 10%) al cereal. Pero la estimación preliminar es que la siembra crecerá de nuevo en 200 mil hectáreas respecto del año anterior.
Esteban Copatti fue el encargado de dar esos detalles. Como se esperan buenos rendimientos (de 32.8 quintales por hectárea) como fruto de un buen clima y una mejora en la aplicación de tecnología (especialmente en materia de fertilización), la producción podría llegar a 20,6 millones de toneladas. Ahora el problema será dónde ubicar esa mayor oferta triguera.
¿Pero entonces la reaparición de las retenciones no tuvo impacto? El economista Agustín Tejada lo desmintió. En principio calculó que el Estado recaudará 1.000 millones de dólares de la cadena triguera (la mayor parte por vía de ese tributo). Y luego afirmó que si los derechos de exportación no hubieran regresado el salto productivo sería todavía mayor, pues la siembra podría haber llegado a 6, 7 millones de hectáreas y la producción podría haber sido 1 millón de toneladas más elevada.
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Son detalles. Lo importante es que al parecer todos los planetas (salvo un precio menor al del año pasado) parecen alineados para ofrecer un nuevo cosechón de trigo, que dejaría un saldo exportable de más de 14 millones de toneladas. En un escenario donde los otros países productores recuperarán también oferta del cereal, la gran incógnita es saber si la Argentina tendra cintura para colocar todo su excedente en el mercado internacional.
“Tenemos un desafío importante que es ver dónde podemos ubicar esta mayor producción”, dijo otra de las técnicas de la Bolsa, Sofía Perini.
En este punto, en esta presentación se habilitó un debate entre los diferentes sectores que integran la cadena triguera.
Allí, el presidente de Ciara-CEC (el Centro de Exportadores de Cereales), Gustavo Idígoras, dijo que el país está frente a una “crisis de crecimiento” y que el mayor objetivo ahora es mantener los 38 mercados de exportación que logró abrir el país estos últimos años, pensando especialmente en Indonesia y Vietnam, que se han convertido en grandes consumidores del trigo argentino.
Evitar superar los residuos máximos de agroquímicos, dar prioridad a la calidad panadera, velar por la no contaminación incidental con transgénicos serán, a juicio de Idígoras y otros expositores, los desafíos que tiene por delante la cadena para velar por esos mercados.
Además en la reunión se reclamó al gobierno argentino que actúe con firmeza frente a Brasil y la posibilidad de que el principal socio del Mercosur habilite a favor de Estados Unidos una cuota de importación del de 750 mil toneladas del cereal libre de aranceles.
Diego Cifarelli, de la Industria Molinera, advirtió que además de buscar exportar el cereal el país debe darse una estrategia para añadirle valor dentro del país, ya que el sector molinero ha venido perdiendo participación en el negocio, pasando de 50% del volumen de trigo a solo el 28% en la actualidad. Así las cosas, la capacidad instalada del sector se ubica en unas 13,5 millones de toneladas anuales de trigo, pero en la actualidad solamente se procesa la mitad de ese volumen.