Ya son varias las réplicas hacia el anteproyecto de ley del Colegio de Ingenieros Agrónomos de la Provincia de Buenos Aires (CIAFBA), orientado al cuidado de los suelos y el agua de uso agropecuario y forestal. La que esbozaron los productores de Villarino, sin embargo, no se refiere ni a la propiedad privada ni habla de “persecución” -como sí lo hicieron otras entidades- pero pide reconsiderar “la forma en que está redactado” y que se incorpore a los productores en su debate.
En una nota que enviaron al Senado bonaerense, donde empezará a trabajarse en comisión esta propuesta de CIAFBA, la Asociación de Productores de Villarino Sur (APROVIS) y el Consorcio Hidráulico del Valle Bonaerense del Río Colorado apoyaron la propuesta de cuidar los recursos pero señalaron que, así como está planteado, el proyecto de ley “afecta la autonomía” de los productores y desconoce la realidad productiva de cada región.
“La obligatoriedad de planes aprobados por autoridades centrales, la creación de distritos y catálogos de prácticas definidos desde La Plata, pueden derivar en un esquema excesivamente rígido y burocrático, que desconozca la realidad productiva particular de cada región”, expresaron las entidades del sur bonaerense.
Por el contrario, afirmaron que la mejor política de cuidado del suelo es “aliviar la presión fiscal y simplificar las cargas administrativas”, aspectos que, según señalan, han obstaculizado la adopción de buenas prácticas agrícolas, esquemas rotativos y planes de manejo sostenible de forma generalizada.
“Cuando la carga impositiva y las exigencias formales obligan a trabajar con márgenes mínimos, la consecuencia es una agricultura y ganadería de subsistencia que empuja a exprimir cada hectárea al máximo, con mayor riesgo de degradación del suelo”, destacaron.
Lo cierto es que, hasta el momento, el sector se ha mostrado reacio a salir de la lógica generalizada de producir soja sobre soja o de reponer nutrientes al suelo. En eso, la billetera tuvo mucho que ver, sobre todo si se tiene en cuenta que los últimos 20 años la carga fiscal sobre el agro fue siempre elevada.
Lo que sí ha habido fue libertad, porque no hubo nunca normativas específicas que determinaran qué producir, de qué modo y dónde, y eso también ha colaborado a que se llegara a este punto crítico en términos de conservación de recursos.
Ese aspecto es el que, justamente, opinan muchos sectores que se verá vulnerado si se aprueba la propuesta de CIAFBA. Desde la entidad, no obstante, explicaron que en absoluto habrá un funcionario que determine el modo de trabajar la tierra, sino que regirá la obligación de presentar planes de manejo que estarán supeditados a aprobación de acuerdo a ciertos parámetros.
“Tememos que un esquema de control centralizado no contemple adecuadamente esas particularidades y limite la capacidad del productor de gestionar responsablemente su campo”, expresaron en su nota los ruralistas de Villarino, que insistieron con que se contemple la diversidad de realidades productivas que conviven en terreno bonaerense cuando se debata el proyecto en la legislatura.