La elección de la semilla es clave a la hora de planificar la siembra del maíz, un cultivo que responde muy bien a la aplicación de los insumos correspondientes, pero que este año se vio muy castigado, al igual que la soja, por la falta de agua.
De eso se ocupa NatalSeeds, uno de los semilleros que operan en el mercado argentino, conformados por capitales nacionales, y que trabaja para dar las respuestas que el productor necesita.
Marcos del Pino, uno de los dueños de la firma y encargado de la pata comercial, explicó en diálogo con Bichos de Campo Radio: “Los socios somos cuatro apasionados del maíz y tenemos una base genética de 60 años”.
De acuerdo a lo que comentaron, la base genética es amplia y tiene esa trayectoria gracias al trabajo del ex genetista de Cargill, Carlos Freudenthal, cuyo hijo es ahora otro de los socios de la empresa. En su campo de Pergamino se hacen los trabajos experimentales que luego produce otra empresa.
La firma tiene 10 años en el mercado y está dispuesta a competir con las multinacionales del sector. La comercialización tiene base en Trenque Lauquen, el campo experimental en Pergamino, y la administración en Venado Tuerto. Es una empresa descentralizada que también pretende expandirse fronteras afuera: Ya exportan a Uruguay y tienen en carpeta otros países de Sudamérica, además de otros continentes.
En NatalSeeds dicen que sus híbridos de maíz tienen ventajas respecto de la competencia. Por un lado se pueden usar menos semillas por hectáreas. Al bajar la densidad “el productor ahorra dinero que puede usar en fertilizantes y guardárselo en el bolsillo. Recomendamos eso porque así se aprovecha mejor el agua y los nutrientes y las plantas expresan su mejor potencial”, dijo del Pino.
En tal sentido explicó: “En Trenque Lauquen, por ejemplo, se trabaja por lo general con planteos de 60 a 70 mil semillas por hectárea, pero nosotros estamos trabajando con 30 a 45 mil plantas y con resultados similares. En zonas marginales estamos trabajando con planteos de 15 a 20 mil semillas por hectárea con buenos resultados, y en zona núcleo donde se usan planteos de hasta 90 mil plantas, recomendamos 65 mil”.
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Del Pino dijo que esto ayuda a que la planta del cereal tenga un mejor comportamiento: “En este año tan seco, tenemos lotes que se destacaron al haber bajado las densidades”.
Además dicen que cuentan con uno llamado “rayo” que es el más corto del mercado, que se puede sembrar incluso en diciembre con madurez a los 90 días.
Además, tienen otros desarrollados especialmente para silos, y también otros de ciclo bien largo cuya madurez se expresa a los 128 días. “En el medio hay una amplia variedad de productos” explicaron.
Del Pino además se refirió a los que requiere el sector para su desarrollo: “El productor argentino es de avanzada en el mundo, a pesar de las trabas macroeconómicas y políticas siempre avanza. Argentina podría crecer más en producción y cultivos si tuviese más libertad para producir. Por otra parte los agricultores necesitan saber que van a contar con los insumos importados”.
En este sentido, el emprendedor resumió: “Y finalmente creo que se requiere, además de orden macroeconómico, contar con una ley de semillas que aliente las inversiones. Poner un hibrido en el mercado requiere de importantes inversiones y de al menos 5 años de trabajo e investigaciones”.