En el mundo ya se habla de la existencias de alrededor de 500 biotipos resistentes a herbicida presentes en 270 malezas distintas. Según los especialistas en agronomía, es probable que en corto tiempo se agoten las herramientas para combatirlas porque de una treintena de agroquímicos en uso, 20 ya no suelen ser efectivos ante las mutaciones existentes.
La académica Valeria Perotti es una de las desarrolladoras de la plataforma Biotech, que lleva adelante la Universidad de Rosario para dar respuesta a esta problemática presente también en Argentina. La investigadora, que es una de las voces autorizadas para hablar de resistencia de malezas, a través de ese espacio lleva adelante varias investigaciones con el objetivo de definir las principales mutaciones que han experimentado estas “malas hierbas”, que se encuentran en el campo y las volvieron resistentes a los principios activos que las controlaban previamente.
Según explica Perotti, la plataforma que surgió en 2014 forma parte de un programa estatal y la iniciativa busca dar respuesta a las demandas del sector agroindustrial, para dar una solución a la problemática de malezas resistentes.
“Nosotros lo que hacemos es utilizar la infraestructura, el equipamiento y el conocimiento de los que nos formamos para brindar servicios y asesoramiento que puedan dar soluciones a problemas del sector industrial, que por ahí no cuenta con todas estas capacidades”, explicó Perotti a Bichos de Campo.
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-Específicamente, ¿para qué los contactan las empresas? ¿Qué es lo más usual?
-Últimamente lo que más estamos haciendo es evaluación y generación de distintos bioinsumos. Además, hemos establecido colaboraciones académicas con distintos grupos en los cuales asesoramos y ayudamos a dilucidar estos mecanismos de resistencia en distintos biotipos que van surgiendo.
-La guerra contra las malezas es inagotable porque ellas van mutando. ¿Nunca va a existir una solución definitiva para su control?
-En verdad son todos paliativos, porque lo que podemos hacer es mitigar la evolución de la resistencia. ¿Cómo hacemos esto? Bueno, a largo plazo tratamos de generar una diversidad de herramientas, no solo quedarnos con el control químico de las malezas, sino estrategias para variar la presión de selección y retardar la evolución de malezas que resisten a todo.
-Desde la experiencia de la plataforma, ¿resulta importante la articulación público privada?
-Sí, por supuesto. Yo creo que fue una de las primeras iniciativas y últimamente se están dando mucho este tipo de interacciones. Te diría que fue una de las primeras. Surgió como una convocatoria a nivel nacional para generar una transferencia tecnológica, o sea, transferencia de conocimiento de doctores que eran incorporados en distintas universidades o centros de investigación del país. En total se generaron 22 de estas plataformas con este mismo objetivo de brindar soluciones dentro de distintas áreas a las demandas de la industria.
-Apelo a tu profesión y te pregunto, ¿podrá llegar a existir algún herbicida que controle todas las plantas, todas las malezas y ellas no muten? ¿O eso es algo imposible?
-No, como bien se ha dicho lo que puede hacer un herbicida, como mucho, es disminuir la probabilidad de que la tasa de evolución de esa resistencia sea alta. Por ejemplo, una herbicida que tenga múltiples targets, como lo son algunos bio herbicidas en general. En esos casos es más difícil o tarda un poquito más la biología, pero llega en algún momento.
Aapresid sumó una especie más al listado de malezas resistentes al glifosato: ¿Cuál es?
Los actuales estudios de la investigadora Valeria Perotti están muy vinculados a los bioinsumos. Si bien remarcó que los hallazgos se mantienen en total confidencialidad por el momento, reconoció que la migración hacia los productos biológicos es innegable. Aunque se detuvo a aclarar que “no todo lo biológico per sé está exento de tener toxicidad. Deben ser sometido a las mismas pruebas de toxicidad que los sintéticos, porque a veces se confunde un poco ese concepto”.
-¿Ves una posibilidad de que los bioinsumos ocupen el protagonismo dentro de los fitosanitarios a mediano y largo plazo?
-Son moléculas que se sacan de su entorno natural y que se ponen a altas dosis para controlar en ambientes donde naturalmente no existían. Entonces tienen que ser sometidas a las mismas reglas de evaluación que los sintéticos. La gran ventaja de los bio herbicidas, por ejemplo, es que tienen un poder residual menor. Entonces, desde el punto de vista ambiental son más amigables. La desventaja es que justamente actúan por menos tiempo sobre las malezas y se necesitan dosis muy altas para controlar.